Mis
formas
A
Cristiane Grando
El
arbitrario ardor
de
una palabra en technicolor
me
hace una pregunta
que
humedece mis sentidos.
Al
instante la llama hoguera que prepara su fuego
en
las frías aguas de mi cuerpo
incita
a mi alma para un nuevo despertar.
Mi
madre amamantándose ella misma
en
su otra niñez prematura
me
pregunta si ya he nacido
en
la penumbra de su ayer.
Pero
hay una receta mágica
pegada
a la pared de la cocina
en
donde existe la proteica pluma hechizada
en
la vanguardia de mi incertidumbre
que
ofrece sin cesar todas las respuestas posibles.
Yo
en cambio he nacido y existo en la mirada del fuego
porque
las formas en el agua son ciegas
y
asemejan un espejo que mantiene a los habitantes
de
la enraizada tradición en su forma
primigenia
más exacta.
Ahora
bien, la palabra que te digo te hará saber
el
justo momento para que permitas que la luz
transite
libre a nuestro rededor
con
el fin de que sigas leyendo tranquilamente mis formas
que
te dicen que aunque yo no piense en un movimiento
cartesiano,
de todos modos, sí existo.
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