Ciudad
Juárez
Las fotos de Vicky , Silvia Elena o
Esperanza
atrapadas en el humo de los cirios me
agitan
y con sus ojos de noche sin luna
nos contemplan suspicaces, esta tarde
en que todas las palabras del mundo
entonan mudas canciones
Víctimas de una ciudad donde la vida
es un arma de doble filo,
victimas del atroz “feminicidio”
–neologismo ideado infame
para definir lo indecible –
víctimas de ese callado exterminio,
de la sorda indolencia de un Estado,
del pútrido cenagal que el Narco
extiende,
de un país con su torrente arterial
intoxicado
por siglos de corrupción y letargo.
Convirtamos en palabras su gemido
y acallemos para siempre el rumor
de ese descarnado silencio
del que se alimenta el terror voraz,
que crece y se arrastra siseando
que se enrosca y aloja en las grietas
que en el alma las ausencias deja
abiertas.
Siempre las fronteras más terribles
son las que el miedo levanta,
siempre el más inmenso muro
es el que construye el silencio.
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