UN ALTAR DE SACRIFICIOS
En el preciso borde
de la carne reciente
he instalado un altar de sacrificios.
La superficie blanda
todos mis pecados
se extiende entre sus formas
y escribo,
no para resucitarte
ni para ver el mundo
reventando, otra vez,
contra el suelo.
Escribo,
sepultada también
en la costumbre,
para no ser parásito del tiempo.
Porque, mientras consigo
convertir mi silencio
en prolongadabúsqueda,
inútilmente muerta,
inútil,
como el dulce
sabor de una manzana
a punto de extinguirse
en tu boca desierta,
otro verso es posible
y otro nombre en el tuyo.
Ya no escribo
para sobrevivir
a este rito mortal
de respirar secretos.
Escribo para salvarme.
APRENDIENDO
…
Estoy aprendiendo
a sobrevivir sin verte,
a lamerme las heridas diurnas
que tu ausencia me marca
a fuego y sangre. (Las que tengo
en la noche colman todos mis sueños).
Aprendo maneras, costumbres, esbozos de
sonrisas,
hasta risas grandes, según la
circunstancia.
…
Estoy siendo prudente,
cabal, nada impulsiva-o poco-.
Estoy aquí tendida
en un mar de latidos
que no quieremostrarse
tal y como es;
que nace y sucumbe a la arena,
que vuelve a renacer
pero se hace espuma tibia en los
tobillos y se acaba…
otra vez.
También estoycansada,
no de quererte tanto,
sino de aprender cada días
a no mostrarme entera,
a no pensar en ti,
a no buscarte siempre
en la ciudad abierta.
No quiero ya ni hablar
del amor en mis versos;
no contar conreiterado empeño
que sí que eres mío cuando invento el
presente:
mi piel, mi tacto,
el bendito sentido de la vista,
la magia y el milagro
que espero cada hora.
Ni una palabra más
sobre tu nombre,
esas dos sílabas que mueven
mi mundo y loiluminan todo
y me entregan la fuerza
para seguir conquistas y confines
llenos de inciertas decisiones.
No volveré a explicar cómo es tu
sonrisa,
destello preciso y real;
tu mirada, tierna y honesta; tu voz,
sonora, casi cantarina y rotunda.
Ningún verso anunciará tu llegada
o tu marcha,
tu ausencia o la espera
nerviosa del reencuentro…
No hay encomienda, sin embargo,
más estéril.
Vuelvo a tu andar cadencioso
y al cristal de tu palabra
como quien vuelve al hogar,
al lugar que le salva
de todos los pecados,
que convierte en paraíso
las calles y los bares,
los turbios abrevaderos
donde beben los hombres y las bestias.
Vuelvo a ti como vuelve
la calma detrás de la tormenta,
como sucede un día a otro
y al siguiente,
como un adicto a la locura
y al amor.
Vuelvo siempre y siempre te encuentro
entre mis cosas.
POEMA INFÉRTIL
Consumo los minutos
como si fueran sangre
o tinta devorándome las venas.
No necesito nada más
que su nombre y sus labios,
clavados en el tiempo
constante de la espera.
Este paisaje infértil
que rodea la casa,
que invade como el humo
los rincones del alma,
que deja sin sentido
todo lo que poseo,
me convierte en espectro,
que engulle la nostalgia
mientras mastica pizza
y busca en Internet
la razón de tu huída.
Solo mastico sombras
de un pasado incompleto,
pertinaz, casi cierto
que abarrota mi armario
y se mete en la ducha
y duerme aquí,
en mi lecho.
CARMEN
Las olas se enredaron en tu voz
a penas comenzada la mañana.
No pudiste evitar el precipicio
y todos los sentidos se agolparon en la
misma vertiente,
en esa peligrosa pureza a palo seco,
tan virgen como la duna intacta
que se empeña en mover
sus millones de cuerpos
minúsculas esferas, microscópicos
sueños.
Detectamos, muy pronto, nuestros
suspiros mutuos;
conocimos, también, el aroma
envuelto en viento proveniente del sur
y la luz que se acaba donde acaban las
bocas
que saben a tristeza y corazones rotos.
En aquella arista viva oí tu nombre
completo,
un nombre familiar, materno como lo son
los brazos
y las canciones que saben a azahar y a
pan recién horneado.
Y allí, en laaparente incomodidad del
borde de todo
me entretuvo también
tu mirada de nómada, tus zapatos
pequeños,
tu pelo vagabundo;
me entretuvo tu acierto al mirarme de
frente
y sonreir, primero, y regalarme, luego
un silencio repleto de secretos
cantados.
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