Soñé que era el futuro quien venía por las alamedas
pintando el verde sosiego de las tardes,
que los caminos eran ríos de amor
humedeciendo el cielo de esperanza,
que en los campos crecía la clara luz del criterio
y se expandía como el fragante olor de las rosas.
Veía yo llegar a los pájaros por las rutas expeditas del aire
a beber la abundancia en los oasis del desierto
y en los pasos donde reinaba la armonía dormida de cansancio.
Era la ciudad de Juárez mirando desde lejos,
y era yo el que anhelaba vivir bajo su techo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario