desprendida de la nada
lame el silencio rueda abismos
se muda siempre
de nichos es el alma
y ella
bate sus alas hasta languidecer
las sombras
hasta aventar olvidos
aligerar el peso y volar
como habitante de aceras
y de parques
sin búsquedas ni rutas
sin otro paisaje que el ramaje
Suelta,
anda superficies
barre miradas
toma aliento
en los vértices de las cosas
Entresuelo
el entresuelo esconde
un sentimiento inútil de refugio
su estrechez destila sufrimiento
deseo de hallarse protegido
el aire allana casas asalta escondites
viola secretos y el sosiego pesa
como pesa el aire sin color que enluta
los recuerdos
Afuera, los acantilados se levantan
indiferentes al abatimiento de sus bordes
cuando el deseo de escape
los alcanza
Desde aquí, por entre las rendijas
escucho replicar las risas de los niños
que juegan a la guerra y veo
la imagen abandonada de un televisor
pasar la vida en blanco y negro
Costumbre
no duelen las heridas
no duelen las muertes
no duele el abandono
ni los desamores
tampoco duelen los despidos
ni los desplazados
ni los despojos
ni los desalojos
lo que duele es la costumbre
hacer llevadera el hambre hasta volverla amiga
caminar a ciegas
andar entre penumbras
la falta de césped
el gris
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