Cuerpo en desintegración
“Tengo miedo del dolor de ser mujer
Tengo miedo de ser mujer y morir”
Números en negro,
no vale la pena.
Despertarse a tiempo
y mirar otra noticia.
No vale la pena.
¿Contar qué?
¿La supuesta lucha de los gobernantes?
¿Las ropas desgarradas en sangre?
¿Los constantes desvelos de las mujeres
que día a día transitan las calles?
¿Significarlas a partir de un conteo diario?
¿Que van 100, 200, 300?
No vale la pena.
La mujer es feminicidio
Herirla es feminicidio
Vender su muerte en los medios es feminicidio
No hacer nada es feminicidio
Dejarlas morir es feminicidio
Ver que son las 8, pensarlas saliendo de sus trabajos y cruzar los brazos es feminicidio
Niñas pequeñas rebotando en las flores,
arrebatar sus pétalos, es feminicidio.
Las mujeres pintan de rojo las fronteras
y su cruz marcada es la firma.
Seudónimo es el miedo que las cubre
de luto a diario.
Su alma en el alma de cada mirada
que vive con la paranoia de la expectativa.
La virilidad de tanta misoginia escrutando los aires hace temblar,
Las faldas tiemblan, las piernas tiemblan,
Los pechos y el cuerpo entero tiemblan.
El hombre situando la debilidad de una mujer con su mirada furtiva.
Reduciéndola en acoso. Vanagloriándola como objeto.
Invadiendo Cd. Juárez con su machismo y locura.
¿Para qué? ¿Para qué decir “las muertas” en la televisión? ¿Quiénes?
Grita del pecho un grito ahogado de las mujeres.
Sonriendo la policía que hipócrita dictamina
Sostiene la pistola.
No vale la pena.
Un vuelo inconcluso de una joven, una niña, una madre de familia, una soñadora.
No. No vale.
La mujer, un cuerpo en desintegración se ha convertido
con cada publicación que son solo palabras muertas.
Pensar en las bendiciones antes de salir de sus casas
No vale.
El conteo, el conteo, el conteo.
El cuerpo en negro. De luto. Frío.
La nota de una niña sobre su bicicleta, desapareciendo en el abrazo asesino.
Tanta humillación, dolor, coraje.
Una mujer situada en el centro de su ser,
que llora, lloramos todas.
No vale
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