Desde el 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 hemos venido celebrando en numerosos pueblos y ciudades del planeta, las lecturas solidarias "ESCRITORES POR CIUDAD JUÁREZ".

Estas lecturas están convocadas en solidaridad con Ciudad Juárez, en representación de todo el pueblo de México y por extensión de cualquier otro rincón del planeta donde el miedo, consecuencia última de la violencia, es utilizado para imponer la voluntad y los intereses de los grupos de poder sobre los derechos y la dignidad de los pueblos y los ciudadanos.

En nombre del colectivo Escritores por Ciudad Juárez continuamos con esta llamada a la solidaridad y la movilización. Quienes lo deseen pueden remitirnos sus poemas o textos, alusivos al conflicto que padece Ciudad Juárez, que serán colgados en este blog y posteriormente utilizados en cuantos proyectos y publicaciones decidan los organizadores de las lecturas solidarias. Las colaboraciones serán colgadas como entradas, con el nombre del autor o autora, junto al nombre de la ciudad de donde nos escriben. Y cada nueva colaboración del mismo autor o autora será añadida a la primera de sus colaboraciones.

Dirección de contacto: poemasporciudadjuarez@hotmail.es

domingo, 12 de agosto de 2012

NATI DE LA PUERTA, Bilbao, País Vasco

LA ÚNICA FRONTERA

Nací creyendo que llegaba a un mundo
donde la personas actuaban dignamente.
Me dijeron al nacer, que ser persona era
ser libre y amar sin condiciones.

Me enseñaron a mirar de frente,
y a no temer más que a la mentira,
a cuidar a quienes quieres,
y amar a quienes te quieren,
a quedarte atrás para que otro pueda
avanzar y tú empujarle,
a subir delante y tirar
de quien tiene menos fuerza.

Pero creciendo descubrí, no sin dolor,
que aquello era una utopía:
que la dignidad no siempre estaba asegurada,
que las personas somos capaces,
de arrebatarla sin miramientos,
que para algunos, la vida no vale nada,
que aves de rapiña de altos vuelos,
imponen su ambición a sangre y lágrimas.

Aprendí que el ser humano es capaz
de cargar con violencia sus entrañas,
que la pasión no siempre es bien dirigida
para alcanzar un objetivo con nobleza,
que el respeto y la justicia no son afines
con las fronteras que se trazan en los mapas.

Que la codicia de unos pocos,
es capaz de esclavizar a muchos
y que el miedo incrusta el vacío en el estómago
a pueblos enteros, sin esperanza.

Pero también sé que las fronteras son antinaturales,
que las fronteras y las patrias las marcamos nosotros,
y que esas absurdas barreras,
que nos impiden relacionarnos a piel viva,
sólo podremos derribarlas, con el poder de la palabra.

Y porque la línea que une y divide
la parte amable y el rincón salvaje del ser humano
está marcada por el respeto al otro,
puede sonar "naif" no lo discuto,
pero dejadme que me instale en la inocencia.

Porque no quiero dejar de imaginar
un mundo donde el amor sea más fuerte
que la avaricia de quienes lo pisotean,
un mundo donde el respeto al semejante
sea tan fuerte que arrase sin dudar esas banderas.

Y que no haya miedo a mirar de frente y sonreír
un mundo donde la única frontera sea nuestra piel
y las únicas cicatrices las de la vida

un mundo donde la grandeza del ser humano se mida
más por lo que es capaz de construir
que por la avaricia.

ENTONCES COMO AHORA

Siempre es doloroso empezar a hablar
cuando se tiene encogida el alma,
cuando se tienen sentimientos de ira contenida,
de odiosa amargura, de rabia acerada.

Son sabores tremendamente ingratos
que te inundan el cuerpo y te dejan hastiada.
Llevo muchos años luchando
para no aminorar en el reproche;
para no hacerme dolorosamente insensible;
para no acostumbrarme a la muerte vil,
a las miles de muertes gratuitas
que llevamos recontadas,
impartidas sin pudor por mercenarios.
Esos que no se mueven por amor a nada,
esos que matan por dinero,
para los que una vida, si no es la suya,
vale nada.

Llevo mil años esperando la aurora;
un amanecer sin brumas; un devenir sin miedos.
Recuerdo que entonces, como ahora,
estaba mal visto oponerse a la pena de muerte
esa que nos imponen a golpe de calibre treintayocho.
Recuerdo que entonces, como ahora,
estábamos seguros de que a aquello
le quedaba poco tiempo de vigencia.
Recuerdo que entonces, me dolía el alma.
Como ahora.

Nada ha cambiado en el guión,
porque unos u otros se erigen
en defensores de nuestros derechos,
de nuestras patrias
Éstos, que se dicen nuestros libertadores,
enfundados en banderas
nos amenazan y nos hieren de muerte.

Y nos han herido de muerte
cada vez que hemos pasado la página
del periódico con indiferencia
cada vez que hemos silenciado nuestra conciencia
ante la libertad y la vida arrebatadas a jirones.
Aún con todo, no podemos caer en el desconsuelo.

No debemos permitir
que la amargura inunde nuestra razón.
Hemos de conservar vigoroso el aliento
para gritar desde la libertad:
¡No nos callarán! ¡No nos moverán!

No hay comentarios:

Publicar un comentario