DESDIBUJADA
VEREDA
Con difuso
cabello abrazado a los hombros, te vas María.
A la ventisca tus
largas hebras de ónix.
Las campanadas de
maquila golpean tus oídos de púber.
Insaciables
tornillos lamen tus dedos de ave inocente.
El abismo te
sonríe lejos de dónde germina la noche-buena,
cerca en lluvia
de polvo.
Desprotegidos por
una medalla sin poderes
los pasos siguen la desdibujada vereda.
Bajo nubes
púrpuras con piel tostada son estrangulados,
por arena
consumidos.
Tu pecho mordido
se desvanece en el
umbral de una virgen dormida.
Una virgen en
celeste broquel colgada a tu cuello.
No te salva,
los demonios son
roedores de la inopia que tiembla
entre cabellos
resistentes.
En vorágine
tenebrosa una oruga asoma la cabeza
con las hebras de ónix extirpadas.
Sarnosas lenguas
de famélicos perros
y cinco braguetas agusanadas
chupan los días
venideros.
GRAVES PINCELADAS
No eres un grano
de arena que escapa de un puñado.
Granates y
nutridas gotas,
son el rocío de un hueco.
Cercada por
aguijones extenuados al centro
de un círculo
cerrado, tus brazos son el eje.
Presa sin escape
en un circo de Ángeles negros sin cabeza.
Hundida en la
bruma, eres nulificada.
Testículos
rellenos de alacranes, se vuelcan,
batidos en celaje ensangrentado.
Sin
arrepentimiento las tenazas se retiran,
impregnadas de
saña execrable.
Saciados caminan
sin obstáculo
y alejan los pasos de las aves sin vida.
Los sórdidos
aguijones son vergüenza de mexicanos.
Negro estigma en
humanidad que se amontona.
Que se amontona y clama justicia.
Las aves con alas
rotas, no son olvidadas.
Alguien delinea
el drama,
artistas con graves pinceladas.
En pleno ocaso,
los dedos palpitan,
ordenan inacabadas frases.
Taciturnas las
grafías corean al compás
de imperturbables teclados.
MANCHA ROJA EN LA
HISTORIA
Un hiriente
cactáceo entre dos frágiles e inertes
columnas de
mármol.
Mancha roja en la historia.
Doble vida
pretextan, equivocan el castigo,
castigo para la
madre y no para el homicida
que libre lleva
los pasos al mismo acto.
¿Cuántas ninfas
en huraño sepulcro
de escarlata
beligerante?
Las sombras de
tierra estéril rondan la garganta del desierto.
A medio día bajo
el sol ardiente una margarita extinta
con desmembradas
hojas,
alimenta la voracidad de bestias insaciables.
VACÍO Y
CONFUSIÓN
Cómo no te dije
que no te fueras
aquella noche de
llamas en la bruma
Te fuiste sin el
lazo amoroso que guardé en mi almohada
porque dueña de
tu tiempo no pude ser
porque la
gravedad de tus pasos no detuve.
Esa noche el
viento no llevó la furia,
no fue arrebato
ni polvo que provocara ceguera.
Cómo mi
despedida de esa tarde no fue
un
cerrado abrazo que tu marcha interrumpiera.
Cómo el sol no
te previno de su letalidad en las piedras,
como el trueno no
suspendió el tiempo,
no sobresaltó tu
alma, nada sabías hija-madre-morena-hermana,
como todas,
tantas, sólo nada.
Los perros bravos
no aullaron ese día,
como del vacío
no emergió una tornado de ultratumba
que feroz parte a
parte los tragara .
La luna, nada
hizo con su hechizo,
la luna no
paralizó sus garras como nada hubo que los parara.
Tu voz no fue
ácido vaciado en sus rostros de diablos impunes.
como tu lamento
no fue veneno en su boca
Cómo su alma no
ardió en lumbre por un implacable
meteoro.
Cómo no ver el
reproche cada mañana en el espejo.
Nada hizo la
luna, nada hizo el sol, nada el viento, nada la tarde,
Nada el desierto,
nada la policía, nada el silencio, nada los humanos,
nada los
testigos, nada el gobierno, por qué nadie hizo nada.
Cómo pueda la
vida seguir su curso sin tu sonrisa en este mundo.
Me pregunto
¿cómo?
Cómo puede la
gente pasar de largo, sin escuchar mi clamor de justicia,
haciendo caso
omiso al dolor, haciendo aún nada.
Cómo haré para
levantarme en la mañana y saber que tus hijos preguntarán
por ti y yo no
sabré decirles nada.
Cómo entender
que nadie puede regresarte a mi lado,
me pregunto
¿cómo?
“A
los familiares de las víctimas
por
rescatar las ganas de vivirá a diario”
A TODO JUEGABA
ELLA
A diario bebía
el mundo
Con tornillos
bordó esperanzas
¿A qué no
jugaba ella?
Horas extras en
la maquila
Callos en sus
manos
Y en las mismas
100 pesos
¿Cuánto vale la
vida?
El reloj se tiñe
de rojo
No la asaltaron
No fue
atropellada
Está perdida
No lo acepto
Se la llevaron
No lo acepto
No es ella
Es otra
No te asustes
Encontraron una
muchacha
No es ella
Si es Alejandra
No lo creo
No es ella
No lo creo
Mejor desfallezco
¡No mi hija!
No lo acepto
Instantáneamente
El mundo se
desploma
Mi pesadumbre en
el suelo
Arde mi
pensamiento
Esta vida es
infierno
Llora Jade
Quiere a su madre
Jade no entiende
Ella se fue sin
despedirse
En el monedero su
pasaje
Ella sólo quería
trabajo
Es un espejismo
No pasa nada
Ahora la lluvia
son balas
No lo entiendo
Asalto de
palabras
¿Quién se puso
en mis zapatos?
El lo dijo un
día,
Ahora una
cuchillada
¡No otra vez!
Dónde mi
Presidente
Dónde mi
gobierno
¡No otra vez!
Tengo miedo
¿Por qué en mi
tierra me escondo?
Miedo tienen mis
palabras
No estás sola
Norma,
No tengas miedo
Tú no estás
sola.
Donde tú vayas
andaremos
A tu lado donde
vayas.
“A
Norma Andrade, por su valor
y
entereza, por el dolor sin nombre
por
su incansable lucha”
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