Desde el 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 hemos venido celebrando en numerosos pueblos y ciudades del planeta, las lecturas solidarias "ESCRITORES POR CIUDAD JUÁREZ".

Estas lecturas están convocadas en solidaridad con Ciudad Juárez, en representación de todo el pueblo de México y por extensión de cualquier otro rincón del planeta donde el miedo, consecuencia última de la violencia, es utilizado para imponer la voluntad y los intereses de los grupos de poder sobre los derechos y la dignidad de los pueblos y los ciudadanos.

En nombre del colectivo Escritores por Ciudad Juárez continuamos con esta llamada a la solidaridad y la movilización. Quienes lo deseen pueden remitirnos sus poemas o textos, alusivos al conflicto que padece Ciudad Juárez, que serán colgados en este blog y posteriormente utilizados en cuantos proyectos y publicaciones decidan los organizadores de las lecturas solidarias. Las colaboraciones serán colgadas como entradas, con el nombre del autor o autora, junto al nombre de la ciudad de donde nos escriben. Y cada nueva colaboración del mismo autor o autora será añadida a la primera de sus colaboraciones.

Dirección de contacto: poemasporciudadjuarez@hotmail.es

jueves, 19 de septiembre de 2013

MANUEL GUZMÁN, Córdoba


Vengo a devolverle sus balas, señor

Vengo a devolverle sus balas, señor.

La pistola la he perdido. La olvidé una de las tardes en las que voy al parque a escuchar a un hombre amable que cuenta las historias que guarda un viejo libro que lleva siempre con él.

Vengo a devolverle sus balas, señor.

También esta, aunque ya ha sido usada y apenas parece una inocente bola de plomo arrugada. Esta me la dio el hombre que cuenta las historias en el parque con su viejo libro.

Un día me dijo que esa bala fue la que arrebató la vida a su hijo que jugaba en ese mismo parque donde ahora él cuenta las historias.

Yo no me atreví a decirle que con la pistola que me regaló disparé muchas balas, sin saber muy bien por qué lo hacía.

Tampoco hizo falta. Creo que él lo sabía.

Un día cuando acabó su historia me llamó, me preguntó mi nombre y me dijo que su hijo se parecía mí, que seguramente tendríamos la misma edad.

Me dijo también que la bala que arrebató la vida de su hijo había sido disparada por otro niño.

Vengo a devolverle sus balas, señor. Ya no quiero pertenecer a su banda.

Yo no sé si fue mi dedo el que apretó el gatillo de la bala que arrebató la vida del hijo del hombre que cuenta historias en el parque. Pero él dijo que no le importaba quién lo hubiera hecho, porque ningún niño dispara balas sabiendo lo que hace.

Me dijo que desde que a su hijo se lo arrebató una bala, va al parque a contar historias, para que los niños las escuchen y olviden sus pistolas. Y lo hace bien, porque yo un día olvidé la mía.

Vengo a devolverle sus balas, señor.

Cuando el hombre que cuenta historias en el parque me dio la bala que arrebató la vida de su hijo, me dijo que tal vez algún día todos los niños escuchen sus historias y devuelvan sus balas. Él dijo que ese día querría que también devolvieran la bala que arrebató la vida a su hijo.

Ahora quiero aprender a leer, poder contar las historias que encierran los libros, en el parque, como hace el hombre al que un día una bala le arrebató a su hijo.

Por eso, vengo a devolverle sus balas, señor.

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