Genocidios
Las mujeres van inseguras en los
senderos por explorar
que les llevan a trabajos largos y
poco seguros
Mientras espera el toque de salida
Una anciana piensa en su Luisa, su ya
adolescente soñadora
que vuelve de la escuela
todos los atardeceres mexicanos
acompañada de los machos de la ciudad
A los que no ama, pero salvan y
protegen.
Ay, pero el día que vuelva sola
Libre y caminante
Pensando en sus cosas
Que navajas le esperaran en la esquina,
Que violencias, que caminos asaltados
Que bandas secretas, paramilitares,
cazarecompensas
Detrás de los espesos matorrales,
sicarios
Serpiente traicionera, en el camino,
tras un edificio derruido
Sin dejar rastro, ni sello ni firma
Ella tuvo el valor de acudir a
comisaría
y se rieron de ella, de su piel casi
morena, su barriga, su pelo arrancado, sus pequeñas heridas sin
sutura, su carné caducado, su piel vieja, sus uñas sucias, su voz
quebrada
Se rieron con sus uniformes ridículos
y su innata prepotencia
De aquí allí, risas y esperas
burlaron sus pretensiones de cazar al
asaltante, al posible asesino anónimo
Porque unas mafias siempre se protegen
a otras, son las mismas
Solo cambian los nombres, pero piensan
igualito
Solo el uniforme los distingue, o los
identifica, caretas, cancerberos de los carteles
Como los guantes, identifican a las
operarias
Ya se ha acostumbrado al ruido de la
fábrica
a ser una mas en la cadena
A los gritos de la jefa
Pero no al silencio cómplice de
amigos o vecinas
Leyes como telas de araña, atrapan
mosquitos, dejan pasar avispones
Ahora recuerda a su hijo joto que se
fue a probar suerte a la frontera
Considerado traidor a su casa y a su
causa
Ladrón de cuerpos
Espalda mojada, vientre lechoso
harto de los hombres de la zona
de los populistas subvencionados por el
clero
de sus plumas cercenadas en silencio
harto de bandas Molotov y empleos sin
futuro
Ese que un día libre le enseño a
leer
Pero no sabe si es verdad algo de lo
que le cuenta en sus cartas
demasiado pulcras, demasiado limpias
cada vez más distanciadas en el tiempo
sin remite
Si logró atravesar alguna aldea
o miente
Cómo le enseñaron a mentir
Desde pequeño
Tantas horas haciendo lo mismo
Maquiladora, tejedora, Penélope
borracha de calor soñando las bahías de Oaxaca
le dejan tiempo para pensar con la
cabeza cana, tiempo para penar y pensar
Mientras trabaja con las manos tajeadas
sin consuelo
una compañera hace un chiste, pero no
la oye
absorta en su princesa sin corona
En su pequeña soñando a ser
aventurera y estrella del cine gringo
En los policías sordos, en esos
hombres bien vestidos de paisano
que vuelven a sus casas
Después de haber demostrado su hombría
Usando penes y machetes, cuerdas y
pandillas
En descampados teñidos de rojo
cómo los atardeceres que se ven desde
la fábrica
Dice que alguien debería hacer llegar
el día
sea quien sea, ya no cree ni en Dios ni
en el Gobierno
en que su hija pueda ir sola, caminar
sola, sin machos protectores a su lado
Sola por todos los senderos, desafiando
metas imposibles
Si, sola, princesa, rebelde, aventurera
y libre por el país
Ladrona de dueños, pesadilla de los
amos, Maria Félix, fugitiva de los guardias
Radiante, bruja, güera, caminante,
maquilladora, maestra o estrella del cine gringo
Rabiosa hechicera, poniendo nombre a
las hermanas muertas
Devolviéndoles sus rostros
desfigurados
Por el ácido
Atravesando los puentes y caminos de
los sexos
Un atajo entre sombras sudorosas
El espanto se marcha
Llega al camino del placer sin
temblores
del goce elegido, de la hermana
mestiza, del hermano que regresa
Delirante, capaz de dejar de sufrir,
Capaz incluso de lucir su cuerpo en las
playas vacías
Como una feliz caperucita que ha
desterrado
A ese lobo feroz que tan bien se
esconde en los rincones de Ciudad Juárez
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