En Ciudad Juárez los poetas escriben sonetos de paz,
de amor y de muerte.
La inocencia y la belleza han sido masacradas.
El poeta llora su impotencia a luz de una lámpara cómplice,
mientras un poema se derrama clamando justicia.
JUSTICIA para las jóvenes víctimas juarenses.
Yo no sé escribir poemas, pero no quiero olvidarlas.
¡Qué puedo decir de ellas! Tanto se ha dicho,
tanto se ha escrito, tanto se ha denunciado…
Las Lomas están repletas de cruces rosadas,
cruces para no olvidarlas.
Cruces y más cruces y la maldad sin cerco,
sin cadenas y sin alma.
Quiero escribir de paz y se me cruza una sombra oscura,
Una sombra macilenta que ronda cerca de la frontera.
No sé endulzar el tormento de esas madres apenadas.
Solo me sale un grito, un suspiro y una pregunta.
¿Porqué?
Ciudad Juárez me gusta, cuando no hay sombras malvadas.
Juárez de corridos y mariachis, el de Negrete y Acebes.
El de Chavela y la Granda.
No sé escribir un poema de la zona machacada.
¡La pena vive en Las Lomas! La justicia está lejana.
No, no sé escribir poemas solo este grito que clama…
No hay comentarios:
Publicar un comentario