Antes de que el tequila fuese,
juego de sombras constantes
del zopilote.
El virrey refresca los pies en Río Bravo;
en el tahalí, el crucifijo con la espada.
Luego predicó, gritó, gritó
hasta que la boca le supo a sangre.
Escupió un cuajarón y dijo: este es el sitio, maldita sea.
Allí se levantó la misión, después la catedral,
poco a poco el pueblo iba creciendo de adobe
con indios mansos en esta ribera del Río Bravo.
El Paso Norte. Cuarteles de pólvora y hambruna,
concordia en la gente buena; lucha por la libertad,
hermosa ciudad se fue haciendo el Paso Norte ¡que viva México¡
La pólvora, la hambruna, las pistolas
disparando a la paloma de la paz.
hermosa tierra que quiere vivir sin miedo
pero los zopilotes, pero los zopilotes…
Hermosa ciudad de gente buena
a la que violan gallos asesinos con facundia de kikirikí. Dice una leyenda que el quetzal solía cantar melodiosamente antes de la conquista española, se ha mantenido callado después, pero cantará otra vez cuando la tierra esté libre de verdad.
A vosotras que dais las vidas
este poema sin fin con el vuelo quetzal de la esperanza.
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