Páginas escritas cada día sin nombres
sobre la tragedia mortal del silencio
por felinos hambrientos de candidez,
inundando al mundo de desprecio.
Abandonan en las calles o entre escombros
ese cuerpo sin vida, que violaron sin clemencia,
¿el pecado? ser mujer y nacer en el infortunio
de un cielo gris marcado por la impotencia.
Impunidad insolente del poder desmedido
cubriendo de negro crespón las moradas
y un mutismo absoluto que cómplice
vomita muerte en cascadas.
Gritos de sangre volatiza el desierto
cubriendo un cielo azul de nubarrones
que convierten en tormenta la esperanza
de miles de mujeres y sus ilusiones.
Velas encendidas lacerantes sumergen
al dolor intenso que destroza el alma
rompiendo palabras con filo de sables,
y el rezo en los labios de una madre clama.
Agosto de 2014
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