Llevas la muerte tatuada
y te enorgulleces de ello.
Tus herramientas de trabajo
la pistola, el cuchillo y el fuego.
Son tus útiles diarios
para construir la tristeza
dejando cientos de muertos
por donde tus pies pasean.
Tus manos no saben de arte,
tus manos no queman incienso,
tus manos manchadas de sangre,
tus manos, con olor a muerto.
¿Qué piensas, si tienes hijos,
cuándo los colmas de besos?
¿Qué haces, con esas madres
a quienes les robas el sueño?
TÚ
vendedor de fantasías envenenadas
de caballos de fuego infernales
por mundos inertes y vacios,
tumba para los mortales.
La Luna, cuando el Sol se esconde,
va llorando de tristeza
viendo, como un Pueblo se desangra
y se destruyen familias enteras.
Ya no puede salir a la calle
la niña que antes jugaba
porque una mano de hielo
le puede congelar el alma.
¡Oh!, bella tierra de ultramar
¡Qué pena de Ciudad Juárez!
Aunque estés tan lejos como estás.
Me siento parte de tu gente
como Extremeña que soy.
Las sangres que se mezclaron antaño
las estamos compartiendo hoy.
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