Desde el 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 hemos venido celebrando en numerosos pueblos y ciudades del planeta, las lecturas solidarias "ESCRITORES POR CIUDAD JUÁREZ".

Estas lecturas están convocadas en solidaridad con Ciudad Juárez, en representación de todo el pueblo de México y por extensión de cualquier otro rincón del planeta donde el miedo, consecuencia última de la violencia, es utilizado para imponer la voluntad y los intereses de los grupos de poder sobre los derechos y la dignidad de los pueblos y los ciudadanos.

En nombre del colectivo Escritores por Ciudad Juárez continuamos con esta llamada a la solidaridad y la movilización. Quienes lo deseen pueden remitirnos sus poemas o textos, alusivos al conflicto que padece Ciudad Juárez, que serán colgados en este blog y posteriormente utilizados en cuantos proyectos y publicaciones decidan los organizadores de las lecturas solidarias. Las colaboraciones serán colgadas como entradas, con el nombre del autor o autora, junto al nombre de la ciudad de donde nos escriben. Y cada nueva colaboración del mismo autor o autora será añadida a la primera de sus colaboraciones.

Dirección de contacto: poemasporciudadjuarez@hotmail.es

jueves, 9 de agosto de 2012

MATILDE SEDANO, Burgos, Castilla-León

Poemas por Ciudad Juárez

“Me miro, he muerto. Me pregunto qué delito cometí:
Soy mujer”.
Podría ser mi hija, o tú, mi amiga, o tú, tú, mujer…
Mujer, solo mujer.
¡Solamente por ser mujer!
María, Juana, Elisa, Sara, Isabel, Lupita, Irene… quinientas, seiscientas…
Incontables.
Muertas.
Por el delito de nacer mujer en Ciudad Juárez.
(Y pobres.)

Cómo pronunciar la palabra “hombre” y no sentir ira.
Ese puro macho mejicano de Ciudad Juárez, ¿dónde se esconde?
Caigo en la tentación de gritar, ¡maldito el vientre
que te crió y los pechos que te amamantaron!.
Pero me avergüenzo con tristeza por la maldición
que alcanza a una mujer, víctima de engendrar
una serpiente como tú, ¡asesino!
De engendrar a esa legión de incomprensibles hombres-serpientes
apoderados del poder para ser cómplices del feminicidio.
¿Adónde voló el águila de tu bandera, Méjico lindo?
¿Cayó la serpiente de tus garras y tu pico sobre Ciudad Juárez?
¿Por qué has desaparecido, Águila de Justicia, dejando este bendito país
a merced de semejantes bichos?

¡Mujeres muertas, estoy aquí!
Mujeres vivas, madres, hermanas, hijas... ¡estamos aquí!
¡Hijos, padres, hermanos… somos mujeres, os dimos la vida y la luz!
¡No nos la quitéis!



A vosotras, mujeres de Ciudad Juárez

Hay miles de palabras, miles de versos…, (también los míos) hondeando en la ventana mundial de internet.

Una sangrante y poética sinfonía orquestada por el silencio mortal: el de los cientos de mujeres asesinadas en la primavera de sus días, en Ciudad Juárez.

Hubo un momento en que llegaron a sobrarme tantas palabras diciendo lo mismo.

Y al fin hubo notas y estribillos que, sin darme cuenta, llegué a aprender de memoria.

Y comprendí que era eso lo que había que oír y tararear como una canción macabra.

Sí, una, mil, un millón de veces, hasta lograr una única voz.

Un grito único que rescate del silencio los gritos ahogados de las víctimas contadas por miles.

Ha de nacernos un alarido tan potente, que el criminal y sus secuaces no aguanten los decibelios.

Ojalá brote hasta el último chisguete de las gargantas, y las cuerdas del corazón no sean tan rígidas que no consigan ser tañidas por el más humano de los gritos.


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