Desde el 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 hemos venido celebrando en numerosos pueblos y ciudades del planeta, las lecturas solidarias "ESCRITORES POR CIUDAD JUÁREZ".

Estas lecturas están convocadas en solidaridad con Ciudad Juárez, en representación de todo el pueblo de México y por extensión de cualquier otro rincón del planeta donde el miedo, consecuencia última de la violencia, es utilizado para imponer la voluntad y los intereses de los grupos de poder sobre los derechos y la dignidad de los pueblos y los ciudadanos.

En nombre del colectivo Escritores por Ciudad Juárez continuamos con esta llamada a la solidaridad y la movilización. Quienes lo deseen pueden remitirnos sus poemas o textos, alusivos al conflicto que padece Ciudad Juárez, que serán colgados en este blog y posteriormente utilizados en cuantos proyectos y publicaciones decidan los organizadores de las lecturas solidarias. Las colaboraciones serán colgadas como entradas, con el nombre del autor o autora, junto al nombre de la ciudad de donde nos escriben. Y cada nueva colaboración del mismo autor o autora será añadida a la primera de sus colaboraciones.

Dirección de contacto: poemasporciudadjuarez@hotmail.es

miércoles, 22 de agosto de 2012

ITSASO LOZANO, Bilbao, País Vasco

MUÑECAS DE TRAPO
Leo sobre Ciudad Juárez y me lleno de estupor. 20 años de crímenes que quedan impunes, abogados asesinados, forenses asesinados, periodistas, escritores, asesinados, inocentes encarcelados. Cualquiera que se acerque a la verdad eliminado. Informes dobles, los reales y los “oficiales”, cementerios clandestinos, cuerpos eliminados mediante la “lechada”, para no dejar rastro, autoridades corruptas que miran hacia otro lado, un mundo al revés donde la vida no tiene ningún valor. Niñas que acuden a la zona centro en busca de un trabajo y desaparecen a plena luz del día, otras que acuden a las maquiladoras por un salario mísero y con unas condiciones laborales penosas, con la esperanza de poder ir a la universidad y dejar de ser pobres. Incluso en la miseria hay espacio para soñar, para tener esperanza, para creer que ahí fuera hay, existe, un mundo mejor. Una sociedad en la que si te sales de tu rol, te puedes convertir en una muñeca de trapo, secuestrada, violada, torturada y eliminada. Niñas y adolescentes a las que les arrancan la vida. Niños que juegan a ser sicarios, para los que la muerte es algo normal y habitual. Un mundo dominado por el terror, arma poderosa, paralizante, disuasoria donde las haya.


¿Cómo se sana una sociedad infectada, corrupta desde sus más altas esferas, dominada por el narcotráfico y familias poderosas enriquecidas a base de la miseria de otros?


Nadie concede a la educación el valor que realmente tiene, no sólo en la formación del individuo si no también como cimiento sobre el que construir una sociedad mejor, más justa, más sensibilizada, basada en valores universales, donde se desarrolle el sentido de la responsabilidad individual y se enseñe al ser humano a pensar por sí mismo, sin convertirlo en un mono amaestrado, adoctrinado. Una sociedad arraigada en unos valores que nos permitan convivir a todos. La ignorancia es un mal endémico, unido a la miseria, a la corrupción, a los abusos, a una sociedad donde la vida del individuo no tiene ningún valor, dominada por el terror, donde la muerte es la normalidad y la indiferencia de las autoridades ampara a los asesinos y a quienes les protegen. Un mundo al revés, la enajenación como normalidad ante autoridades mudas, sordas y ciegas que perpetúan la miseria y el crimen.


20 años de madres elevando un grito desesperado esperando a sus hijas, hijos que esperan a sus madres. Ese grito debe extenderse, recorrer todos los corazones, movilizar todas las conciencias. El ciudadano, la sociedad, tiene la obligación y el deber de hacer que quienes elegimos y nos representan se sientan avergonzados. Avergonzados de su ineptitud, su ineficacia, su falta de honradez, su inoperancia, sus ansias de poder y lucro personal, de su indiferencia ante el pueblo al que representan, de su indiferencia ante el horror. Esa es la soberanía popular, el poder de la masa individuo a individuo. Rebelarse contra el horror, la barbarie, la ignorancia, la injusticia, el abuso de poder, la desigualdad, la intolerancia.

Una vez leí que alguien preguntaba: ¿Dónde estaba Dios en Auschwitz? A lo que alguien respondía: ¿Y el hombre, dónde estaba el hombre?

¿Dónde está el ser humano en Ciudad Juárez? Está en la madre asesinada a plena luz del día a las puertas del Palacio del Gobierno de Chihuahua mientras realizaba un protesta para pedir justicia por el asesinato impune de su hija. Está en la madre que tras más de año y medio recibe un ataúd blanco con los huesos de su hija identificados por los botones de su camisa, y lo vela públicamente en señal de protesta. Está en las madres que esperan día a día a sus hijas, besan sus fotos y rezan con desesperado fervor para que regresen o Dios les de fuerzas para soportar lo que sea que les esté ocurriendo. Está en los hijos que aún preguntan por sus madres y juegan a que hablan con ellas por teléfono. Está en las personas eliminadas por acercarse demasiado a la verdad. Está en el ciudadano anónimo que cree que un mundo mejor es posible, donde el asesinato no sea lo normal, que no se acostumbra ni acepta vivir en una sociedad enferma dominada por el terror, que cree en una sociedad construida sobre unos valores universales, donde el conocimiento, la verdad y la razón, la esencia del ser humano, sean las armas más poderosas frente al miedo, la barbarie y el horror. Que cree que conseguir un mundo mejor es posible y responsabilidad de cada uno lograrlo.


Mujeres de Ciudad Juárez, mártires de Ciudad Juárez, no estáis solas.

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