Desde el 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 hemos venido celebrando en numerosos pueblos y ciudades del planeta, las lecturas solidarias "ESCRITORES POR CIUDAD JUÁREZ".

Estas lecturas están convocadas en solidaridad con Ciudad Juárez, en representación de todo el pueblo de México y por extensión de cualquier otro rincón del planeta donde el miedo, consecuencia última de la violencia, es utilizado para imponer la voluntad y los intereses de los grupos de poder sobre los derechos y la dignidad de los pueblos y los ciudadanos.

En nombre del colectivo Escritores por Ciudad Juárez continuamos con esta llamada a la solidaridad y la movilización. Quienes lo deseen pueden remitirnos sus poemas o textos, alusivos al conflicto que padece Ciudad Juárez, que serán colgados en este blog y posteriormente utilizados en cuantos proyectos y publicaciones decidan los organizadores de las lecturas solidarias. Las colaboraciones serán colgadas como entradas, con el nombre del autor o autora, junto al nombre de la ciudad de donde nos escriben. Y cada nueva colaboración del mismo autor o autora será añadida a la primera de sus colaboraciones.

Dirección de contacto: poemasporciudadjuarez@hotmail.es

martes, 28 de agosto de 2012

ÓSCAR AYALA, Alcalá de Henares

EN EL ÁRBOL DEL MIEDO…

En el árbol del miedo, entre sus ramas,
ya no descansa la manzana dulce
que medrosa latía, mirándonos pasar.
No gritó: al arrancarla, suspiró levemente,
dejó caer la mirada
y procuró que aquel escalofrío
corriera por mi mano y hasta cobrara forma
de animal.
No quisimos morderla. No quisimos morderla… todavía.
Sin bajarle las bragas
hubiera resultado
amarga.
En tu mano jugaba
a ser redonda y parecer hermosa.
Y las otras, colgadas, endulzadas de rabia,
nos juraban venganza
toscamente
perfectas.

Como planeta,
como mundo a habitar donde sobar la piel,
equilibrar mordiscos o pecar
estremecía:
amar a una mujer es hoy cerrar los ojos
y escuchar el quebranto de la pulpa
en su boca.
No hay trino, brisa, música, marea comparable.
¿Es que acaso no oyes que las cosas te miran cuando miras?
Y cuando lo observado se desprende del ojo
deja una débil cicatriz que pesa,
vibra, suena
a apresurados pasos por un puente que fuera de alma a alma.
Hay un placer sutil en restañar el puente
y en volver a volarlo.
¡Sobre todo en volarlo!
Deja una siembra subterránea
de silencios
que fingen penetrar el secreto de aquel derrumbamiento.
¡Sobre todo al sobrevolarlo!
Porque a cierta distancia su tamaño
es aún mayor
y su desorden, su color y su entrega
son tibios y su inquietud
parpadea
como cualquier otro destello.
En tiempos en que el verso se alimenta
de mínimas superficies cortantes
y mondaduras fósiles y migajas
de panes de metal bruñido,
en tiempos en que se pone en duda
el brillo fascinante
de algunos gritos de dolor,
en que son cuantificables franqueza o impiedad,
escuchar no es frecuente.
Y no es posible así saber que cuando
lo observado
se desprende
del ojo
vibra.
Y no murmuración
y no desdoble
y no, de ningún modo, silbo,
clic, roce rasante
de ruido que al rodar rumie la hierba:
vibra en frecuencias frías
que se quedan
suspensas
hasta ser cosechadas
por un loco
que escucha
lo que ya nadie quiere,
las sobras de las músicas atrapadas al vuelo,
y amplifica.
Y pero cuando
se desprende
lo observado
muere
además de vibrar.
Alanceas cuanto miras,
sacrificas
cuanto
miras,
amojonas cadáveres de todo aquello
que miras.
Mirar es, en el fondo, ordenar con los ojos.
Luchar es, en el fondo, esculpir un reflejo.
La vida es, en el fondo, el tiempo que empleamos
en ordenar el mundo, en esculpir el mundo, en aprender a amar
las voces
del mundo.

1 comentario:

  1. Un poema hermosísimo a la mujer, a las cosas que miran y a las voces del mundo. Ganas de más.

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