Desde el 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 hemos venido celebrando en numerosos pueblos y ciudades del planeta, las lecturas solidarias "ESCRITORES POR CIUDAD JUÁREZ".

Estas lecturas están convocadas en solidaridad con Ciudad Juárez, en representación de todo el pueblo de México y por extensión de cualquier otro rincón del planeta donde el miedo, consecuencia última de la violencia, es utilizado para imponer la voluntad y los intereses de los grupos de poder sobre los derechos y la dignidad de los pueblos y los ciudadanos.

En nombre del colectivo Escritores por Ciudad Juárez continuamos con esta llamada a la solidaridad y la movilización. Quienes lo deseen pueden remitirnos sus poemas o textos, alusivos al conflicto que padece Ciudad Juárez, que serán colgados en este blog y posteriormente utilizados en cuantos proyectos y publicaciones decidan los organizadores de las lecturas solidarias. Las colaboraciones serán colgadas como entradas, con el nombre del autor o autora, junto al nombre de la ciudad de donde nos escriben. Y cada nueva colaboración del mismo autor o autora será añadida a la primera de sus colaboraciones.

Dirección de contacto: poemasporciudadjuarez@hotmail.es

lunes, 27 de agosto de 2012

HILDA YESSENIA BECERRA BAYGOZA, Colotlan, Jalisco

El miedo vive siempre: 

El miedo no sólo vive de noche
ya no habita en las calles oscuras y desoladas.
El miedo ya vive de día, bajo el sol de primavera y en el frío del invierno…
en el silencio, en la soledad y en el bullicio.


El miedo comenzó a vivir en las calles desiertas, 
luego se esparció por cada una de las avenidas de la urbe.
Ahora el miedo ya está también bajo los techos…
tras las puertas que se encierran con llave y se refuerzan con candados
para evitar que desconocidos irrumpan los espacios, la intimidad, la calma que todavía pueda existir. 


El miedo está en cualquier rincón,  inquietando a los que habitan ahí, en la ciudad, 
No sólo a quienes transitan de noche sino también de día. 
 Él miedo anda tan tranquilo, tan cínico, tan sinvergüenza,
Él no le teme a nadie, hasta parece que disfruta que le teman a él. 





La costumbre

Los adultos ya lo saben, pero los niños, aquellos que apenas empiezan a vivir
ya comienzan a conocer el significado de las sirenas de la policía, 
identifican el sonido de la ambulancia que  quizás lleva a algún herido,
casi reconocen el arma que provocó el estruendo, 
hasta saben que quizás hay un cadáver al ver un área circulada a donde se prohíbe el paso


Los menores saben lo que sucede a su alrededor, esa vida la comienzan a ver común
saben que en cualquier hora del día se escuchará un disparo, dos, tres, o más
más tarde en el periódico vespertino o el noticiario nocturno, con detalle se enterarán que pasó, 
Quien fue el agredido y las cuentas que supuestamente debía para merecer tal final.


Los menores de la ciudad saben que la inseguridad los rodea,
 que a los delincuentes no les importará si es de día o noche, ni tampoco si hay familias,
 ellos harán su trabajo… levantarán a uno, dos o tres y huirán
Días después quizás encuentren sus cuerpos, con ropa o desnudos,
bajo el sol penetrante del desierto, entre las hierbas de un baldío o en plena ciudad
muertos de la manera más cruel, con las heridas más salvajes y escalofriantes
que los vivos jamás quisieran sufrir… 
A esto y más se acostumbran las nuevas generaciones, 
Esos niños que de la manera más natural dicen: ¡Mamá, ya mataron  a otro! 

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