Desde el 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 hemos venido celebrando en numerosos pueblos y ciudades del planeta, las lecturas solidarias "ESCRITORES POR CIUDAD JUÁREZ".

Estas lecturas están convocadas en solidaridad con Ciudad Juárez, en representación de todo el pueblo de México y por extensión de cualquier otro rincón del planeta donde el miedo, consecuencia última de la violencia, es utilizado para imponer la voluntad y los intereses de los grupos de poder sobre los derechos y la dignidad de los pueblos y los ciudadanos.

En nombre del colectivo Escritores por Ciudad Juárez continuamos con esta llamada a la solidaridad y la movilización. Quienes lo deseen pueden remitirnos sus poemas o textos, alusivos al conflicto que padece Ciudad Juárez, que serán colgados en este blog y posteriormente utilizados en cuantos proyectos y publicaciones decidan los organizadores de las lecturas solidarias. Las colaboraciones serán colgadas como entradas, con el nombre del autor o autora, junto al nombre de la ciudad de donde nos escriben. Y cada nueva colaboración del mismo autor o autora será añadida a la primera de sus colaboraciones.

Dirección de contacto: poemasporciudadjuarez@hotmail.es

lunes, 27 de agosto de 2012

ANA CENDRERO GONZÁLEZ, Las Palmas de Gran Canaria

No perdono, ni puedo ni quiero

Hay un sol de piedra impasible en el inmenso hormiguero dónde las niñas trabajan. 
Algún abandono, una justicia distraída y un soplo de pájaro entre lo que hay y el deseo abierto.  
Y la necesidad de aire, de lluvia y de canto.  
Se espera que algo pase afuera cuando el sol abra los ojos.  
Pero en concreto, hoy.  Las cruces se pintan de rosa.  
Un color pacífico para preguntar por mi hija.  
En medio del polvo, de la nada, de las plazas, de las voces. 
Yo aquí me paro. Esto no se disculpa. 

No se perdonan los cubos de hielo encendido, 
ni las almas de mercurio con sus prácticos métodos de dolor, 
ni las geometrías metálicas, ni los vértices tatuados a fuego. 

No perdono que tejan con sus cabellos camas para los insectos, 
ni vértigos, ni desquicies, ni caminos lastrados perdono. 

No perdono la rabia que me crece. 

No perdono una sola estrella más amputada. 

No perdono. Ni quiero. Ni puedo.  

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