Desde el 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 hemos venido celebrando en numerosos pueblos y ciudades del planeta, las lecturas solidarias "ESCRITORES POR CIUDAD JUÁREZ".

Estas lecturas están convocadas en solidaridad con Ciudad Juárez, en representación de todo el pueblo de México y por extensión de cualquier otro rincón del planeta donde el miedo, consecuencia última de la violencia, es utilizado para imponer la voluntad y los intereses de los grupos de poder sobre los derechos y la dignidad de los pueblos y los ciudadanos.

En nombre del colectivo Escritores por Ciudad Juárez continuamos con esta llamada a la solidaridad y la movilización. Quienes lo deseen pueden remitirnos sus poemas o textos, alusivos al conflicto que padece Ciudad Juárez, que serán colgados en este blog y posteriormente utilizados en cuantos proyectos y publicaciones decidan los organizadores de las lecturas solidarias. Las colaboraciones serán colgadas como entradas, con el nombre del autor o autora, junto al nombre de la ciudad de donde nos escriben. Y cada nueva colaboración del mismo autor o autora será añadida a la primera de sus colaboraciones.

Dirección de contacto: poemasporciudadjuarez@hotmail.es

jueves, 2 de agosto de 2012

LUIS ALFREDO GASTELUM, Tijuana, Baja California


CREDO

Creo en los superhéroes
como quien cree en Dios
y ora en la oscuridad
suplicando ayuda.
Creo en su poder
como en una virtud esclava:
bestias insomnes, búhos diurnos,
omnipotentes, omnipresentes.
Creo en el salvamento,
en la hora súbita en la que el bien
es un perro enfermo,
y el mal un tridente
que lo fustiga y lo hace
lamer los huesos de la tierra,
creo en el final feliz
que esta historia nos depara;
creo en eso,
en el arribo de ese ser temible y poderoso,
en su infalible forma de abatir
lo que odia
y a veces lo que ama.
Creo en los superhéroes,
en la pertinencia de su anonimato,
en sus enemigos sin familia,
en sus armas
de destrucción masiva
y de construcción azarosa,
en la posibilidad que tienen
de destruir al mundo
y como a un mirlo triste
exprimirlo.



SÚPER VILLANO

A veces soy un súper villano,
Y debo confesarlo, soy así desde aquella nochebuena
En que mi padre el Santa Claus,
Me regaló una R-15, soldaditos de plomo ingleses,
y un extraño, silencioso, colorido, cochecito bomba.




MI NOMBRE ES GREGORIO

A mí me gusta,
a mí me encanta
Franz Kafka:
elijo ser él
cuando juego a los escritores.
Yo también
soy una cucaracha



EL TALÓN DE LA EPOPEYA

No te lo había dicho nunca, pero, de verdad, espero tu llegada.
He reconocido tus guiños a la vida, tu invasión poderosa, pero no he podido aceptar
que llegarás a esta casa
como Cristo a Jerusalén
o como un niño enfermo de cáncer a Disneylandia.

Seguro mis tías te recibirán con ese oro, incienso y mirra que son sus mimos,
mi padre con el racimo de plátanos
que son sus manos,
mi madre con el horno de microondas
que es su regazo,
y yo con el shuriken de ninja
que es mi cara.

Espero tu llegada, pero es mejor que no vengas.
Ya lo has oído en mis historias.
En este mundo Magneto, Majin boo,
Lex Luthor, el Hombre radioactivo y la policía,
son la migraña de los hombres,
yo el bálsamo, la resistencia,
Héctor, Aquiles;

no vengas, quédate ahí
donde un cordón es tu único asidero,

aquí no haces falta, hermano,
tú sólo serás el talón de la epopeya.



FUTURE

Escribir la historia de uno
es una forma de anochecer.
Dicen que uno escribe para la posteridad
y que la noche
es el futuro de los que amanecen.

Dejo los pantalones mojados por el miedo
y me masturbo en los insomnios
para soñar con mis futuros hijos,
me despojo de mis máscaras
porque sé que al morir uno se lleva la cara
que esculpió con los años.

Me dejo llevar por las influencias, por el pasado.
Sé que no siempre miraré al norte,
sé que los zarpazos venideros
harán que mi sangre forme el mapa a seguir.

Por eso justifico las faltas en la escuela
con ruedas de la fortuna,
vago en el caballo de las tres dándome baños de tarde,
le soplo un secreto de luces a la noche,
guardo el hambre en los bolsillos
y escribo mi historia
y mi otra historia
en un cómic o en un video juego
con escenarios de un futuro
que no quiero vivir.



YO SOY EL QUE LIMPIA LOS ESPEJOS

Acostumbrado a desmentirme
en las paradas de autobuses o en las prisas del lavabo,
me he puesto a limpiar
los espejos de la casa.
He pasado frente a ellos
con más de 10000 rostros
y dicen los que juegan a ser mis biógrafos
que sigo siendo el mismo.

Por eso regreso. Regreso a ellos
como quien ha olvidado algo,
la risa, el cambio, el rostro temblando en el agua,
regreso culpando a la vida por las tragedias
como quien desciende
con el paracaídas de repuesto,
como la piedra que cae sobre un periódico
y cubre las buenas nuevas
o la fotos de la alta sociedad.
Un desamor más y se notará en mi cara,
una caída más
y volverá la pesantez a ser mi única compañera.

Y así es como me digo la verdad,
gesto a gesto, mentira a mentira;
yo soy éste que evita pisar su sombra alargada,
el que miente y se cuelga
a diario las sonrisas que guarda bajo la ropa,
y que sólo utiliza para las chicas de la calle
o para los de alto rango en el trabajo;
yo soy éste
que limpia los cristales
y que cuando éstos vuelven a llenarse de polvo
se desmiente y sabe
que ése es su reflejo.



OBRA DE ARTE

Hoy vendrá el rentero
y no habrá escapatoria,
no podré ser el hombre invisible.
Vendrá como Napoleón,
con la mano derecha oculta en el saco,
vendrá con la cartera abierta
como una vagina ansiosa.

Le abriré la puerta
y de mi boca saldrán los pájaros obesos
que he puesto en engorda,
los tigres hambrientos
que he enjaulado.

Vendrá el rentero
y truncará mi facilidad de silencio,
vendrá
a romper mi alcancía de circunstancias,
a dejar la marca de sus dientes en mi llave,
a ser un mal samaritano,
a robarse mis estribos,
a verificar el mobiliario:
las pinturas de Botero, la mesa de Breton, las paredes sin poemas de Pessoa, la puerta con sangre de cordero, el sofá dormido como lo dejaron los inquilinos anteriores.

Vendrá el rentero,
se llevará el cuadro de mi ruina
y lo venderá a sus amistades
como una obra de arte contemporánea.



ODA A LA DERROTA

te voy a matar, derrota.
[…]
dolida como estás/ya lo sé.
te voy a matar/yo
te voy a matar.

JUAN GELMAN

Ya me fui al desierto 40 días, como Jesucristo,
ya me cubrí con pasamontañas en la selva chiapaneca,
ya di un golpe similar al que le dio Chávez a Taylor,
ya perdoné a las novias que me olvidaron en el bolsillo,
pero no siento
que haya ganado nada.

Tener las manos vacías
es como no tener enfrente
la frase que todo lo libera,
y no saber leer.
Me voy a armar con mis tristezas
para ser inmune a su veneno.

La victoria es mi amiga de celofán, no me entiende.
Un cúmulo de piedras me explotó en la cabeza
cuando comprendí que el confeti
siempre le cae al ganador. Y perdí,
todo el tiempo.

Y al perderlo todo me puse un poco romántico,
me golpeé la cabeza con un pandero,
acompañé la canción de los borrachos de la esquina
y decidí matar a mis derrotas
ocultándome en los árboles que lindan el sendero.

Yo perdí la cabellera en una lucha,
antes la máscara en un sorteo de vergüenzas.




SUBMARINO

1

Vivo en un submarino: el aire aquí adentro cuesta caro y lo que hay afuera parece no importarle a nadie.

Aquí se ha secado ya mi árbol genealógico, hay fantasmas que me recuerdan que siempre he tenido miedo a permanecer y que la claustrofobia aún no es un recuerdo.

Quizás la orilla se precisa lejos. Quizás debo llamarme Naufragio y levantarme más temprano cuando mis padres lo indican, debo comer lo que dicen, debo sacudir sus consejos con la mano derecha, y decorarla con los anillos que he perdido en casa.

Quizás deje este sótano y salga a la orilla a decir que nunca estuve enfermo, que sólo seguí las indicaciones de mi brújula cuya manecilla siempre apuntó hacia otra parte.

Los adultos no lo saben: soy un corsario que busca tesoros indagando en la cartografía del rostro.


2

Vivo en un submarino haciendo señas al tiempo (quiero detenerlo) pero pasan tiburones, pirañas y anguilas (todos adultos) en esa corriente (que algún día ha de devorarme) y me ignoran.

Ahora me doy cuenta que perdí el tiempo esperando maremotos, olas altas, y por eso entierro en un cofre la televisión, los videos juegos, la pornografía asiática, los cuentos de papá.

A mí ningún Jesús me invitó a la pesca de hombres, ninguna ballena me engulló para que conociera el interior de los grandes.


3

La música rompe las escotillas, el agua ingresa al submarino y me llega a las rodillas. Un tiburón con lentes de contacto y una piraña pasada de moda
observan el evento como turistas japoneses un acuario.
Llorando trato inútilmente de tragarme el agua e impedirla.

Los muebles muestran su otro rostro, el luminoso.
El abanico deja de dar vueltas, la cama cae de espaldas al suelo, los posters de conejitas sucumben ante la eyaculación de las ventanas.

Lanzo los torpedos necesarios hacia afuera y provocan un tsunami en los ojos de mi madre.

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