Desde el 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 hemos venido celebrando en numerosos pueblos y ciudades del planeta, las lecturas solidarias "ESCRITORES POR CIUDAD JUÁREZ".

Estas lecturas están convocadas en solidaridad con Ciudad Juárez, en representación de todo el pueblo de México y por extensión de cualquier otro rincón del planeta donde el miedo, consecuencia última de la violencia, es utilizado para imponer la voluntad y los intereses de los grupos de poder sobre los derechos y la dignidad de los pueblos y los ciudadanos.

En nombre del colectivo Escritores por Ciudad Juárez continuamos con esta llamada a la solidaridad y la movilización. Quienes lo deseen pueden remitirnos sus poemas o textos, alusivos al conflicto que padece Ciudad Juárez, que serán colgados en este blog y posteriormente utilizados en cuantos proyectos y publicaciones decidan los organizadores de las lecturas solidarias. Las colaboraciones serán colgadas como entradas, con el nombre del autor o autora, junto al nombre de la ciudad de donde nos escriben. Y cada nueva colaboración del mismo autor o autora será añadida a la primera de sus colaboraciones.

Dirección de contacto: poemasporciudadjuarez@hotmail.es

jueves, 27 de septiembre de 2012

JULIO CÉSAR AGUILAR, Saltillo, Coahuila

Días negros, noches rojas

Cierta noche dormitaba alrededor del 2do o 4to sueño, yo tenía como 7 años cuando el diablo se me apareció en la sala de la casa (la sala, la cocina y la recamara, eran el mismo lugar, eran una misma ciudad) pensé que era una visión pero no, minutos después confirmé que era tan real, porque no tenia 7 anos y en realidad tenia 33, era tan real como las brujas que ayer vi pasar mientras caminaba bajo la lluvia, tuve miedo de ahogarme porque no traía salvavidas y no tuve miedo de no salvarme, porque vi la ciudad entera ahogarse en sangre y sobrepasar sus pesadillas, más de lo que puede soportar cualquier mente de la Castañeda.

Y en estos días que van y vienen, aquí seguimos fotografiando una realidad que nadie puede ocultar, donde voluntaria e involuntariamente uno pasa a ser parte de ella, donde nos coinvertimos en pequeños monstruos y a medida que vamos capturando la sangre, y todos esos cuerpos que de alguna manera también los hacemos nuestros, físicamente nos empezamos a deformar, hasta terminar en una criatura amorfa de algún cuento de terror.

Nadie se mueve, algunos quedan ahí, de pie, otros se arrastran pero no se caen y más de 11 mil están regados en los panteones, los que corrieron con menos suerte se fueron a la fosa común, Allá viven con sus famosísimos vecinos, los ya celebres MNI Muertos No Identificados a donde seguramente iré a parar.

Esta noche me encuentro en la azotea de una vivienda esperando que saquen los cuerpos de una familia asesinada, a lo lejos observo y escucho los gritos de una mujer corriendo en la oscuridad cargando un niño, sube apresurada la empinada calle, como los fantasmas de tus cuentos y yo no hago más que apretar los dientes, sin conocerla de alguna manera me duele su pena y pienso en los tres ahí dentro, boca abajo, con sus balazos en la espalda. Nisiquiera pudieron ver a los que los mataron, nisiquiera supieron porque.

La noche se vuelve un poco más fría que ayer, los pájaros cantan distintos y los círculos se vuelven más y más pequeños y lentos hasta que te abrazan, te asfixian y te despiertan ahogándote en tu saliva a eso de las 3 o cuatro de la mañana. Los brazos me arrastran al piso, y las pestañas barren el polvo que entra por la rendija debajo de la puerta. La cama se vuelve gigante, podría nadar en ella si quisiera y yo no me puedo poner los zapatos porque tengo miedo de quedarme atorado dentro de ellos, como si estuviera en un gran calabozo, mis camisas me quedan tan grandes que son como las carpas de circo, las de los circos políticos, las de este circo sexenal, que nos mato de tanta violencia y eso a nadie le causa risa.

Me siento observado por un grupo de borregos con su uniforme de policía y través de la ventana y espero que de pronto solo aparezcas por esa puerta y me rescates, pero eso no sucederá porque estas a kilómetros de aquí, enterrada en alguna tumba sin nombre y nadie te reclamara, pero estas muerta y no lo sabes.
ya no me despiertan mis pesadillas ni de madrugada, a ninguna hora… porque ya hace mucho no sé que es dormir, porque ya no sé que es tener sueños, y ahorcado en mis palabras mientras mi ojo que no ve no deja de llorar, el mundo duerme y no hay mucho tiempo para decidir, solo me encojo de cuerpo, caigo al vacío y justo antes de caer en la tierra vuelvo a despertar en esta realidad donde cada día, cada noche sigue aumentando la cuenta y ya no hay lugar donde enterrar. Me pregunto quién enterrara al último cuando ya no haya nadie más, quien me sepultara a mí.

A veces por la mañana me vuelven a salir alas y renace la esperanza de que todo esto mejorara, y a lo lejos escucho otro concierto de balazos... El pensamiento se torna color rojo nuevamente y las sirenas despiertan a la mitad del mundo que no dormía, quizás en realidad nunca ha sido una ciudad y es este gran manicomio que se parece a alguna ciudad de allá afuera, que alguna vez fue. Vaya manera no tan sutil y si tan torpemente de intentar evadirla, bonita forma de recibir la locura crónica y en toda esta extrañes nadie me ha escogido a mí, nisiquiera una bendita bala.

Me siento nuevamente en la boca del diablo, como responsable de lo que sale de ella, de lo que pasa a través de ella y todo pasa a través de esta cámara. Hace 21 días dos niños murieron calcinados en el interior de una vivienda cuando unas veladoras se les cayeron y prendieron sus cortinas, les cortaron la luz porque no tenían para pagarla, pero tampoco tenían para comer, tampoco iba a la escuela, tampoco tenían medicamentos para uno de los que se quemó y no pudo moverse de la cama, más que gritar hasta morir. 
 
Su madre salió a buscar al resto de sus hijos y cuando regreso encontró una casa quemada con los niños adentro, ahora estoy aquí en el funeral pidiendo permiso para tomar fotos, mientras escucho llorar desconsolada a su hermanita de 9 años, esta recargada en la ventana, los demás permanecen callados, sus caras son tristes, a veces alguien viene e intenta consolarla pero nadie lo logra.
Se me llenan los ojos de lagrimas, aprieto los dientes, pienso por un momento que debo acercarme y decirle algunas palabras que le ayuden a calmar su pena... o quizás la mía.

Me retiro del lugar no sin antes tomarle algunas fotos a los cuerpos y a ella. Soy como un buitre, que no puede dejar ir a su presa.

Sigo avanzando hacia la puerta y ahí está, sentada en la silla con el sollozo repetitivo, levanta su mirada, me observa y yo con mis nudos en la garganta le digo dos o tres palabras que le ayuden.... por un momento pienso si en realidad quiero ayudarle o quizás es mi urgente necesidad de restablecerme de mis dolores, de no despertar en la madrugada ahogándome en mis pesadillas.

Me regresa de mis pensamientos el grito de una madre llorando a metros de un cuerpo, diciendo " que voy a hacer sin mi hijo, porque me lo mataron" el cuerpo está ahí triste, quieto, ya sin moverse. En una fotografía ya no caben el muerto, sus balazos, su familia y todas las lágrimas de esta ciudad, ya no caben. 
 
Y a lo lejos el servicio forense que ya viene por otro más en esta noche que esta "tranquila" tranquila porque solo van diez muertos en 5 horas y eso aquí es normal.

qué tristeza, que en nuestras manos esta nuestro futuro y no nos atrevimos a ser valientes, qué tristeza que somos más, que nos roban en nuestra casa y los dejamos ir con todo, qué tristeza que desde niño eh visto la injusticia social y no eh hecho nada para cambiarla, qué tristeza que nacieron en este país y le sigan saqueando, qué tristeza que lo sigamos permitiendo, qué tristeza que la ambición sea más que el amor, qué tristeza que el dialogo en este país sea omiso, qué tristeza que en un problema individual saques las uñas, qué tristeza que si es colectivo prefieres que te muerdan, qué tristeza la indiferencia de muchos y la acción de unos cuantos, qué tristeza que el dialogo ya no sirve de nada. qué tristeza que nos obligue a tomar las armas como el mejor camino, qué tristeza que los de arriba solo vivan para sí mismos, qué tristeza que se olvidaran de sus hermanos de abajo, qué tristeza que mañana despertare creyendo en un sueño, qué tristeza que la realidad me pida volver a dormir, qué tristeza que siga lloviendo sangre, qué tristeza que huyas de la lluvia, qué tristeza que la paz se convirtió solo en una palabra, qué tristeza que nunca has visto el cambio, qué tristeza que lo podamos permitir, qué tristeza que seas un mediocre, qué tristeza que no te haga mover un dedo, qué tristeza que si son más de 11 mil muertos a nadie le importe, qué tristeza que si es el presidente el mundo reaccione, qué tristeza que la guerrilla se volvió fresa, qué tristeza que te tengas que poner una máscara para llamar la atención, qué tristeza que la educación se convirtió en tu televisor, qué tristeza que el televisor se convirtió en tu escuela, qué tristeza que desde tu casa sea fácil reclamarme, qué tristeza que tu mayor esfuerzo lo hagas solo a través de tu teclado, qué tristeza que me voy a mi guerra, qué tristeza que tu guerra se esté perdiendo, qué tristeza amanecer con uno menos, qué tristeza que ese uno se vuelva cero, qué tristeza que los entierren sin nombre, qué tristeza que su lugar se llame la fosa común, qué tristeza que los políticos son una mierda, qué tristeza que la mierda se volvió política qué tristeza que los medios de comunicación se vendieron, qué tristeza que el derecho a la información nos lo quieran vender, qué tristeza que los locos están desapareciendo , qué tristeza que a un loco no lo dejen cambiar al mundo
qué tristeza que el dinero sea más que la razón, qué tristeza que si eres pobre no cuente tu opinión qué tristeza que si te rebelas contra un gobernante te exhiban como traidor, qué tristeza que la palabra democracia, su mejor definición este en el diccionario, qué tristeza que este país quiera revivir al dinosaurio, qué tristeza que la ignorancia no esté muerta, qué tristeza que desde el norte hasta el sur nos sigamos matando qué tristeza que sean charros por ser acarreados, qué tristeza que el cinismo sea su bandera, qué tristeza que los compran con una despensa, qué tristeza que los que protestan siempre son los mismos, qué tristeza que a este país se lo están acabando qué tristeza que no dejan de respirar, qué tristeza esto, qué tristeza aquello... qué triste por ellos, porque ya no nos vamos a dejar, somos más los ciudadanos que los diputados, somos más los ciudadanos que los senadores
  somos más los ciudadanos que toda la política, somos más los ciudadanos que el ejército, somos más los ciudadanos que un presidente, somos más los ciudadanos que todos los gobernantes, somos más los ciudadanos que toda la violencia, somos nosotros quienes los pusimos ahí, somos nosotros con el poder para quitarlos.

Y ya no es por nosotros, es por el de enfrente, es por aquellos que vienen en el camino, es por aquellos que nunca conoceremos, es por que amamos este país y nos duele todo lo que le hacen, es porque no me quiero morir sin hacer algo por él, es porque no queremos que pasen los años y las generaciones venideras sigan luchando por lo mismo.

Porque no queremos ser recordados como alguien que solo vio pasar su historia y no hizo nada por modificarla.

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