Desde el 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 hemos venido celebrando en numerosos pueblos y ciudades del planeta, las lecturas solidarias "ESCRITORES POR CIUDAD JUÁREZ".

Estas lecturas están convocadas en solidaridad con Ciudad Juárez, en representación de todo el pueblo de México y por extensión de cualquier otro rincón del planeta donde el miedo, consecuencia última de la violencia, es utilizado para imponer la voluntad y los intereses de los grupos de poder sobre los derechos y la dignidad de los pueblos y los ciudadanos.

En nombre del colectivo Escritores por Ciudad Juárez continuamos con esta llamada a la solidaridad y la movilización. Quienes lo deseen pueden remitirnos sus poemas o textos, alusivos al conflicto que padece Ciudad Juárez, que serán colgados en este blog y posteriormente utilizados en cuantos proyectos y publicaciones decidan los organizadores de las lecturas solidarias. Las colaboraciones serán colgadas como entradas, con el nombre del autor o autora, junto al nombre de la ciudad de donde nos escriben. Y cada nueva colaboración del mismo autor o autora será añadida a la primera de sus colaboraciones.

Dirección de contacto: poemasporciudadjuarez@hotmail.es

sábado, 4 de agosto de 2012

ESTEFANÍA ARISTA PALACIOS, Tijuana, Baja California


Imitación de una pintura


Tumbado en el piso mientras las personas se empujaban y aplastaban en las escaleras que conducían al metro, el hombre recordaba. El dulce blanco de la previa vida, donde había tenido tierras y esclavos. Entendía que era como un cactus engañoso, atrayendo a la débil presa humana con brillantes colores y decepcionando con su dureza y sequedad. Tampoco avisaba sobre el futuro porque su belleza era cegadora: El Mesías no vendría, debió haber dicho.
  
Él era un salvador. Se convertiría el profeta, en el padre de todos. Empezaba hoy con su deber. Con barba rica en mugre y piojos, y con un traje mojado que usaba desde hace un año: sus pies descalzos danzaban a un ritmo invisible, y él, con toda su sabiduría, era el único que podía sentirlo. Sin prisas, sin deberes, sin preocupaciones. Pero detenía la cruz en una forma equivocada, y probablemente obscena ante los muy religiosos, y su danza era incomprensible. No era un ritual ni un llamado de los ángeles, no atraía ni perdón ni redención: sólo miradas despectivas de los transeúntes: se veía como el autómata de un loco, siguiendo mal los colores de Leonardo, quién irrumpía en llanto rígido y con los ojos bizcos.

Pero salvaría a la humanidad, se prometió, mientras abrazaba el globo terráqueo que robó de Walmart y juraba protegerlos de sus pesadillas. Tal vez terminaría llevándose nuestros sueños y condenándonos al insomnio. Como todos.


                                                                                       

Del mejor al peor

Primero un hongo, palabra proveniente del latín Fungi. Pequeño, indispensable, colorido. Ahora una mosca. Intrépida. Ahora la nada, la niebla y el camino largo de la transición. Un pequeño panda que es arrebatado de su madre, allí lo alimentan. Lo limpian con una toalla. Antes era rosado, hoy el pelo le crece en cuestión de minutos: como banderines poblando un mapa conquistado. Se llena de cabello y gordura. El verde bambú, largo, infinito como sus anhelos, es su único placer. Es infinito como creyó que sería su vida. Pero después descubre que no es así, en un último aliento de amarga realidad. Aquí se queda su cuerpo. 
Y pronto es un gato, blanco y enojado: no hay siete vidas ni diferentes dimensiones. Pero sí comezón. Nada sobrenatural. Tal vez es porque aun no las merece, pero antes de que pueda saberlo, es un humano. Vacío. Seco. Escondido en un caparazón como la fruta de Baobab, donde yacen deliciosos conocimientos, enraizados y por siempre enmudecidos, pues el hombre no aprende a utilizarlos. Tampoco aprenderá a recordarlos. Y siente nostalgia, ésa que estará siempre presente, que será dolorosa porque no sabe qué extraña. No sabe lo que fue. Atascado por siempre en el horror de una primera vida eterna. En el horror de un Dios que lo explica todo. El hilo de sus vidas múltiples queda detenido: lo detiene en sus manos y se cuelga el rosario en el cuello.

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