Desde el 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 hemos venido celebrando en numerosos pueblos y ciudades del planeta, las lecturas solidarias "ESCRITORES POR CIUDAD JUÁREZ".

Estas lecturas están convocadas en solidaridad con Ciudad Juárez, en representación de todo el pueblo de México y por extensión de cualquier otro rincón del planeta donde el miedo, consecuencia última de la violencia, es utilizado para imponer la voluntad y los intereses de los grupos de poder sobre los derechos y la dignidad de los pueblos y los ciudadanos.

En nombre del colectivo Escritores por Ciudad Juárez continuamos con esta llamada a la solidaridad y la movilización. Quienes lo deseen pueden remitirnos sus poemas o textos, alusivos al conflicto que padece Ciudad Juárez, que serán colgados en este blog y posteriormente utilizados en cuantos proyectos y publicaciones decidan los organizadores de las lecturas solidarias. Las colaboraciones serán colgadas como entradas, con el nombre del autor o autora, junto al nombre de la ciudad de donde nos escriben. Y cada nueva colaboración del mismo autor o autora será añadida a la primera de sus colaboraciones.

Dirección de contacto: poemasporciudadjuarez@hotmail.es

sábado, 19 de octubre de 2013

J.P. MARUI, Coria, Cáceres, Extremadura

Regresarte

A qué se dedican tus ojos
cuando se cierran?
A buscar los míos
entre tanta oscuridad?
Resuenan las campanas
y a hombros caminamos
fríos mantras nos acunan
te pensé de vuelta en casa
te regresé a mi lado desnuda.


Voces Mudas

Me siento tan alejado
de este mundo
que vuestras voces
resuenan
huecas y débiles
farragosas
como saliendo de un pozo
enmohecidas.

MAGDALENA MARTÍN RODRIGUEZ, Málaga, Andalucía


Zapatos Rojos

Zapatos rojos, zapatos
escarlata, zapatos, miles
de zapatos encarnados, zapatos
quietos, silenciosos, parados
-en el centro-
de la Plaza Mayor.

Están vacíos todos los zapatos.
Vacíos de pies, vacíos
de esperanza, vacíos de justicia,
vacíos de piedad.

Y están, gimiendo
por sus hijos, llorando
por sus padres, clamando
por el pueblo.

Zapatos rojos, zapatos
escarlata, zapatos
grana como la sangre
vilmente derramada, gritan
-en medio-
de la Plaza Mayor.

YOLANDA TOVAR, Málaga, Andalucía


Por Alma, Gladys, Silvia, Sagrario y 700 más

Hoy nos reunimos aquí por acordarnos de vosotras. Hace veinte años que empezasteis a faltar. Cada una de vuestras muertes ha dejado una marca de rabia y de dolor en nuestros corazones, cada una de vosotras ha dejado un hueco que nunca podremos llenar. A ninguna os podremos sustituir. 
 
Te tocó a tí, Gladys, te tocó a ti, Sagrario, me podía haber tocado a mí, a mi hermana, a mi hija. Cada una de vuestras muertes me duele a mi, nos duele a todos. Pero no es una casualidad inexorable del destino, habéis muerto por el único hecho de ser mujeres. En cada una de vosotras estamos las demás. No somos personas, no tenemos derechos, tan solo somos seres desechables, se puede disponer de nuestro cuerpo, de nuestro tiempo, de nuestra vida, somos tan solo un número, una raya en la estadística.

Levantaremos la voz en vuestro nombre y en el nuestro. Seguiremos hablando, seguiremos gritando, seguiremos escribiendo hasta hacernos oir, hasta hacer visible nuestra existencia.

Hoy nos reunimos aquí y en otras muchas ciudades del mundo para recordaros, para que vuestros nombres no se olviden, para exigir justicia, para que las mujeres tengamos libertad: libertad para trabajar, para circular, para pensar, para elegir, para escribir, libertad para existir.

También nos reunimos para recordar que Ciudad Juárez no es solo delincuencia, narcotráfico y muerte. En Ciudad Juárez, como en todas las ciudades del mundo, la gente vive, trabaja, ama, disfruta, estudia, pinta, sueña, baila y escribe poesía. Queremos seguir haciendo esto, como todo el mundo, como en todas las ciudades sin que nos falte ninguna de nuestras hijas, ninguna de nuestras hermanas, ninguna de nuestras amigas por actos violentos.

Hoy lloramos por vosotras y os prestamos nuestra voz para que estéis aquí presentes. Seguiremos hasta que se nos oiga y se nos vea, hasta que se haga justicia.

BERNARDO BERSABÉ MORÁN, Málaga, Andalucía


Cuerpos de madera

A cada una de las mujeres de Ciudad Juárez

Cuerpos que, en vez de carne,
son las venas abiertas de un país secuestrado.

Cuerpos que, en vez de amor o SMS's
reciben, cada día, cien patadas de ignorancia
en sus estómagos vírgenes.

Cuerpos que, en vez de manos,
son abandono y desidia.

Cuerpos que, en vez de bailar en discotecas,
tiemblan en espacios donde la música es el miedo.

Cuerpos que, en vez de belleza,
están contagiados por una enfermedad letal:
los impunes bostezos del poder.

Cuerpos que, en vez de manicura,
tienen que afilarse las uñas.

Cuerpos que, en vez de inocencia,
son golpes al vacío.

Cuerpos que, en vez de hablar con sus novios,
lo hacen con las hormigas.

Cuerpos que, en vez de figura,
tienen la irónica forma de una cruz.

Cuerpo que, en vez de piel,
son un carro ambulante de carnitas en su jugo.

Cuerpo que, en vez de voz,
son viento sacando conclusiones.

Cuerpos que, en vez de pasear,
son colgados en muros, como ristras de ajos.

Cuerpos que, en vez de sueños,
acumulan páginas de periódicos
con los que envolver botellas de Tecate.


Cuerpos que, en vez de garganta,
tienen la voz rota.

Cuerpos que, en vez de acné,
tienen varices en la honra.

Cuerpos que, en vez de collares
o anillos en los dedos,
tienen piedras, palos, cadenas
y terror en los bolsos.

Cuerpos que, en vez de juventud,
tienen cerrojos en las puertas
y pavor en la dignidad.

Cuerpos que, en vez de comer,
desmantelan conciencias.

Cuerpos que piden muy poco:
respeto a lo que son,
vidas humanas.

INÉS MARÍA GUZMÁN, Málaga, Andalucía


La paz no mora en los aleros 

Quizás el mar, quizás el horizonte
cuando la paz anida más adentro.
Pero la paz no mora en los aleros
aunque duerman la noche las palomas.

Si acaso en derredor todo esté en calma
y en un sueño me esconda mientras tanto,
me habré de confundir mirando en sepia
un cuadro emborronado y desvaído.

Detrás de la ilusión todo se oculta
como se oculta el sol tras de las nubes,
pero mi paz no es paz, aunque me empeñe,
mientras llueva allá afuera en lontananza.

Mientras naufrague el barco y vaya a pique,
mientras ulule el viento a su albedrío,
mientras la sangre fluya a borbotones.
Mientras el son de la campana muera

y el espectro y el humo de la noche
se adueñen del espíritu que duerme,
no habrá paz en mi interior tampoco,
ni siquiera habrá paz entre los muertos.

martes, 8 de octubre de 2013

MIGUEL AVILA, Granada, Andalucía


YANG

la luz nunca apagada aturde en la negrura al extraviado
(J.M. Caballero Bonald)

                                   Porque eras mía, tan sólo mía,
la noche aquella probé en ti la fuerza de mi rabia
y mi locura probé,
y como el más ruin de todos los cobardes
fui creciéndome en tu cuerpo.
A medida que te daba
no era furia lo que yo sentía sino poder,
sólo el poder de hozar en ti como yo quisiera,
a mi puro antojo,
la suma exaltación de los contrarios.
Yo, alzado sobre el mundo.
Tú, el mundo inerme a mis pies,
como un pájaro roto.
Y cuanto más amor (¿dolor?) decías que me dabas
más te daba yo y más el odio renacía en mí
o la mera indiferencia
(no sé por qué, no sé por qué),
y yo no era yo ni tú eras tú
pues, tras cada golpe, te ibas arrastrando
arrastrando…
al epicentro mismo de la muerte.
                                   Barro y sangre, sangre y barro,
                                   formaron la argamasa de mi triunfo.
Yo, yo, yo y sólo yo
determiné la hora y el lugar precisos…
¿Y tú? ¿Acaso tú existías
cuando yo te conocí
y de antemano supe la sentencia?

Al cabo fue el silencio
y un coro de grillos espantados
gritándole a la luna.

(Inédito)





YIN

y al fondo queda el fondo y solamente el fondo con sus vértices negros
(J.M. Caballero Bonald)

                                  Yo era nadie cuando tú me arrebataste
la vida para ti. Fue en la noche. Antes de ti
yo era quien era y tuve, sí, un nombre
por el que me llamaban la luz y la alegría de ser
y aquellos que me amaban y a quienes yo también quería
como el agua a la tierra y la música al silencio.
Pero un malhadado día llegaste tú,
el macho más macho de entre todos los machos,
y a la diestra del miedo me sentaste
y allí me arrancaste la voz
y me arrojaste al seco pozo
de la mudez y el abandono.
                                  Y todo se volvió gris y triste.
                                  Y en torno a mí tú fuiste levantando
un muro más alto que el deseo
y quedé desvalida y sola
en aquel frío lugar.
Desde entonces no hubo palabras ni motivo alguno
para que estas acudiesen en mi ayuda
concentradas en un “¡basta!” absoluto
e imposible.
El mundo, el universo, eras tú,
unicamente tú, colérico Dios
que mascaba la pútrida venganza
                                   frente al espejo turbio
de su desvarío.
                                  Ahora estoy en ti para siempre.
                                  Para siempre en ti.
                                  Soy tú.
                                 Y ya nunca podrás olvidarme.

(Inédito)

domingo, 6 de octubre de 2013

RAFAEL CALERO PALMA, Granada, Andalucía


Grandes, oscuros, profundos


El día veintiocho de febrero
del año dos mil doce,
junto al Arroyo del Navajo,
en el Valle de Juárez,
Estado mexicano de Chihuahua,
fue encontrado sin vida
el cuerpo de la joven
Brenda Berenice Castillo García.
Había sido secuestrada
en el corazón mismo de Ciudad Juárez,
a plena luz del día,
el seis de enero del año dos mil nueve.
Brenda había ido hasta allí buscando un empleo.
y lo había hecho ella sola,
Su madre no pudo acompañarla,
como era el deseo de ambas,
porque no tenían dinero suficiente
para pagar dos billetes de autobús.


Aquel fatídico Día de Reyes
en el que Brenda desapareció para siempre,
la muchacha tenía diecisiete años
y un hijo de un mes,
al que alimentaba con la leche,
dulce y tibia,
de sus pechos adolescentes.

Dice el informe del forense que practicó la autopsia
que los asesinos de Brenda
le sacaron los ojos antes de matarla.

Dice la mamá de Brenda
que los ojos de su hija
eran grandes, oscuros, profundos.

Como el sufrimiento de Ciudad Juárez.

Grande, oscuro, profundo

LIZA WOLFF-FRANCIS, Austin, Texas, EE.UU.


La Ofrenda

Juarez nunca fue mía, pero la quería,
con sus mansiones y sus tugurios,
con sus casas que no habitaban a nadie
y sus aires de polvo que pegaban
la maya cruel de una frontera hechiza.

En las sombras de los edificios del norte
están escondidas los fantasmas,
las maquiladoras, y los sueños de novelas.

Ay, Juarez-
donde cuido mi bolsillo, mi carro y hasta mi sonrisa,
donde me tires besos de tequila y nopales.
Tu noche que me llena de sopes, de cuitlacoche,
de mariachi, y de la quemadura de chile en mis labios.

En una ciudad donde cazan
los habitantes como animales,
la avenida 16 de septiembre
pasa por el mero centro,
anunciando la libertad de México.
¿Quien habló de la muerte?
¿Quien era el artista de resistencia
dibujando los ricos como esqueletos?
Como adivino con amenazas que rinden-
porque ahora los muertos son
todos los que no escapen de los balazos constantes.
Sus llantos mudos, tragados por el aire temeroso.
Esta avenida sangrienta donde las personas
se convirtieron en cruces terribles,
con Jesus colgando en todas.

Y la pobreza se monta, y el hambre
que se estan aguantando las que ruegan afuera
de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe
que ruega por nosotros en la hora de nuestra muerte,
Amen.

Juarez nunca fue mía, pero la quería
y a sus zapaterias, sus botas de vibora,
y su artesanía.
Cuca que trabajaba en El Parador Tomochi,
y Osbaldo, como niño en su traje de hombre-
¿Están allí todavía, o se los han llevado secuestrados?
También se pierde la vida si tu corazon
esta aterrorizada y Dios siempre está en tu boca
con tus oraciones para escapar la muerte.
Aunque Juarez grita y llora,
la están matando una y otra vez.
Yo la quiero ayudar. Y tu?

sábado, 5 de octubre de 2013

ABELARDO CARMONA, Burgos, Castilla-León


"Hay huesos que buscan su memoria
hay huesos que no resisten el olvido"
"no les importa a nadie, no mas que a sus familias"
"ciudad Juárez que invento el cóctel margarita"

Desaparecidas
En un poste, en el aeropuerto, en los centros comerciales,
en el mural de la policía, en el terminal de buses,
se fijaba un folio con el retrato de una mujer desaparecida.
Miedo, ilusión, esperanza. Agolpamiento de sentimientos.
El desierto desde arriba. Una carretera en medio de la nada.
Conduce a un rancho rodeado de arboles.
Volantes en los hospitales, volantes que vuelan a suerte de botella
en el mar, en el desierto, en la carretera, en la maquila.
Seguimos las pistas en calles con nombres de metales.
Antimonio y oro. Uranio y plata.
“Lechada” es igual a cal viva y otros ácidos
que se comen los tejidos sin dejar rastro.
Llevaba playeras, un pantalón azul,
y un gancho que le cogía el pelo,
al vuelo de planes y silencios.
Hay que esperar 72 horas para darla por desaparecida.
Ya volverá. Lo último que vieron
fueron sus marcas de zapatos, y las ruedas de un camión.
“La muerte surge como incidencia vehicular”,
surge como si las mujeres en ciudad Juárez
buscaron hombres que no desaparecen.
Me llamo Amanda, mi hija ha desparecido.
Aquí traigo su foto del último cumpleaños,
ve el pastel, tiene el numero 13 a ella le ha dado suerte.
Su padre se fue y su hermano, al otro lado
entre coyotes y polleros.
¿Por qué nadie ve nada?
Es como si ellas pisaron un hueco,
se las tragara la dimensión desconocida,
en las madrugadas de asfalto y arena.
Desaparecer, suspensión del tiempo,
pensamientos de fe que chocan con la violencia,
rezar para que los cadáveres que se amontan en
las cámaras frigoríficas no tengan
la sonrisa que guardamos
cuando se fue esta madrugada al trabajo.
Solo nos dan cifras.
Aquí nos quedamos,
no nos vamos, esperamos
al mago azul, al drácula de las vírgenes.
Que desaparezca nuestra sangre y nuestra leche.
No pariremos mas, nos casaremos con nuestras
mujeres.
Porque el amor y la ley del hombre
nos han dejado solas.




Parásitos, depredadores humanos, el parásito no se detiene, no deja de comer o de beber. Se expande, se fuga y crece, invade y ocupa. Propicia el ruido y el estrépito, la furia el tumulto y lo incomprensible. La asimetría y la violencia, el asesinato y las matanzas”

 1
Es fácil hablar de la muerte
entre cafés, risas. En bares
que pululan. Tapas, futbolines
dardos, maquinas de cigarrillo amarillos.

2
Viendo la línea del Paso y Texas.
En la mirada de Franklin y Cuahtemoc.
Correr el visor de la wikepedia,
visitando colonias, lomas, algodonales, desiertos,
Clubes, maquiladoras. Ver gringos que vienen
con la sombra de penitentes y cabezas de turco.

3
El canto de sonora, de Juárez,
donde la foto de la polaroid deja ver casas, distancias
y en los ojos el color del desierto.
Morenas de pelo largo,
llenas de hadas y duendes.
De ángeles que las abandonaron.

 4
Es fácil desde esta comodidad,
querer quererlas sin hacerles daño,
buscamos la malinche, que alumbre
turbios fondeaderos. Tirar los puentes
para extender la mirada en el templo
del sol cultivando vírgenes.

5
América de cobre y estaño.
trópico soltando el olor de la guayaba.
Mujeres buscando un espacio,
para aguantar la vida.
no están con nosotros,
han emigrado con su piel de ébano
pariendo en pateras, llenándose de
arenas y de universos umbilicales.

6
Magdalenas, Evas, las mejores.
El hombre las durmió y les quito la corona.
Ellas tejían y pescaban,
ellos guerreros buscaban el otro lado de la luna.

 7
Mujer de mirada de líneas y cuadros.
Casas de campo, lencerías acariciando el hielo.
Bodegas y naves que reclutan y adoptan chinas.
Ong’s subiendo banderas sobre helicópteros y barcos.

8
Estigmatizar, no tienen nada, han quemado sus yemas
para que no se arruguen,
para que no quede el último sueño.
Y no tengo la foto de carné en la maquila.

 9
Grupos, marchas, fiscalia especial.
El político de turno dice que se han perdido los valores,
no rezamos a la virgen de Guadalupe.
Todo esta resuelto.
El egipcio y los rebeldes están en el tambo.
Las que aparecen es la luna llena
que desata las pasiones.
La noche se coagulaba en el desierto”
La sangre peino la cabellera,
que caía encima del cóccix desgarrado.



"Tengo una certeza: Contra la nada, perdurara el destino. O la memoria. Al fin y al cabo, la vida de cada quien es un desafió misterioso en aquellos que nos sobrevivirá." Sergio González Rodríguez

J. Abelardo Carmona


Huesos y datos

Vivo en calles con nombres de poetas
como si el canto de la vida buscara
mis manos, mi pensar, frente al camino
de la luz, oscurecida en los pasajes
en que el hombre tira la red
para atrapar esa luz de la esperanza.
 Calle Martin Garrido, Altolaguirre, Miguel Machado.
En que recorro sus calles empedradas entre casas viejas
bares cerrados y basura que el viento mete
en puertas selladas.
En que la iglesia de ladrillos y piedra
suelta el sonar de la campana,
en el cotorrear de las palomas,
en el vuelo de las golondrinas,
en un cielo que despide el verano.
En la mierda que cae sobre la gárgola
que mira las calles solas y dejadas.

Siento el bullicio del colegio infantil
en el camino.
Niños y niñas tras una pelota,
La risas engrandecidas del  pilla pilla.
Con sus batas blancas al fresco viento.
Mañana todo será mejor.
Pienso en las mujeres de barrotes
y mirada cuadriculada.
En el clítoris floreciendo pétalos de sangre.
En la mirada rasgada acumulando el
resplandor de amores venideros.
África ofreciendo mujeres de caminar largo
en que la luna baña curvas de plata
en el sonido de tambores bata
buscando sus raíces entre los árboles.

Mujeres de Latinoamérica
soñando con hombres blancos y barbados
bajando de las tres carabelas
y el canto de la cigarra.
Soltar amarras porque nada salió.
Mujeres escandinavas,
De miradas azules divisando
un paisaje frio de cipreses.
La belleza de la mujer del Líbano,
en telas vaporosas dando su amor a quemarropa.

Mujeres porosas, mujeres frágiles.
Rasgando la piel del que las asesina.
Su himen quedo intacto.
“osario infame que fosforece bajo la complacencia…”
Teorías de asesino en serie,
hipótesis de cifras y estadísticas,
nombres y calculo de huesos.
Interpretaciones que no ayudan
a transformar de que los huesos
encuentren sus articulaciones,
que encaje los movimientos,
que encaje la mirada.

Juárez no cree en la justicia
Porque nunca la ha tenido.
Noviembre de mis muertos,
canto de trompetas soltando los sellos,
apocalipsis alumbrando los caminos
para ver a los asesinos con sus bolsas
de dinero y guadañas.
La TLC comprando y saqueando a Latinoamérica,
creando miedo, hambre y esclavas.
He ahí el “secreto del mundo”, del que hablara Bolaño.
“2666”, son muchos años.
Tal vez ahora recibiremos noticias buenas.
Las mujeres en ciudad Juárez son sencillamente felices.







viernes, 4 de octubre de 2013

FERNANDO ARRANZ, Burgos, Castilla-León


Poesía que duele

La poesía de amor tiene que llegar al corazón.
Versos que hablan de libertad deben salir desde el suelo y han de volar.
Cuando un poema habla de muertas tiene que causar dolor. Como el dolor callado y hondo y prolongado de una mujer gritando en el desierto.
Gritos de impotencia y soledad
Gritos de dolor hendido
Grito de maquiladora explotada y exprimida hasta la última gota de sudor.
Grito que no pude ser más fuerte de gritar, que el seco sol se come entre la arena, que risas de hijos de puta ahogan embolsado, que calla inerte
Grito que no va a ser escuchado, ni resuelto.
Gritos que no van a ser escuchado ni resueltos.

 

Guadalupe

Soy mujer y simplemente quiero ser persona
Nací persona y solamente quiero ser mujer
Esta mujer que nació persona tiene por nombre Guadalupe
Guadalupe tiene cuerpo
Tiene brazos, boca, labios y senos y curvas
Guadalupe tiene alma
Guadalupe abraza, besa y llora y ríe
Guadalupe ama.
Me lamo Guadalupe y solamente pido
que se me respete
Que se me respete llamándome Guadalupe.
Me siento mujer y quiero sentirme mujer
Quiero hablar como mujer
Y pensar como mujer
Y vivir como mujer
Quiero amar como mujer
Cobijar a todos en mi vientre
En mi vientre de mujer
Quiero engendrar amor
Y vibrar de cariño
Amar y ser amada
Por ser mujer.
Estoy orgullosa de ser Guadalupe
Y Guadalupe es mujer

SARA TAPIA, Burgos, Castilla - León


Si me agredes ....

Si tu vista lacera mis nalgas
o tus ojos laceran mi sexo
o tu mirada lacera mi pecho
fragmentarás mi harmonía de mujer
en pedazos inservibles

Si cruzas la frontera
y son tus manos las que
hieren mis nalgas
o hieren mi sexo
o hieren mi pecho
las lágrimas derramadas
abrasarán cuanto mis brazos abracen

Si osas cruzar aún otra frontera
y mutilas mis noblezas de mujer
matarás la vida en mí
mas
sin duda
también en ti.