Aproximaciones
en silencio no hay manera de
expresar la vastedad
de una tumba que es desierto,
no hay luto que se anteponga a
este deseo
de justicia,
al entierro de incontables
súplicas
mudas de gritar
y ante todo, de golpe, una última
revelación:
en este desolado rincón del mundo
no hay piedad por el débil,
no recordamos si alguna vez la
hubo,
hoy sólo queda peinar el terreno
en busca de cabellos sueltos,
de pantaletas entre el polvo
o hebras de piel esparcidas bajo
el sol,
achicharrándose;
eso y ahogar el llanto
y de una vez por todas
talar esta seca fe en la Ley
los peritos dirán poco más que
nada:
traumatismo craneal
una contusión aquí, una cisura acá
16 años, 20, 18, 7
rastros de ofensas tiranas y
ofensas carnales
o positivo, a negativo, universal
todos los sabores de sangre
violación tipo a, b, c
herida de bala, de macana, de arma
blanca
incisiones en canal
nada nuevo
una más expulsada a la fuerza,
todas presas de una fuerte
adicción
a arrebatar últimos suspiros,
se adivina que la mano transgresora
temblaba de placer,
todo apunta
hacia el mórbido pasatiempo
de gente con demasiado dinero;
queda claro
lo poco que vale la vida por acá.
de un momento a otro
la figura de Satán no parece tan
mitológica
y suena hasta nacional,
acaso el síntoma de generaciones y
generaciones
bautizadas
a fuerza de plomo,
reminiscencias de un pasado
precolombino o inquisitorial
llámenos civilización caníbal
llámenos laboratorio del mundo,
incesante memorándum:
la máxima expresión de poder es
destruir impunemente,
por lo tanto esta explosión
demográfica de hijos de puta
acá donde la esperanza muere al
último
donde sólo las moscas y el miedo
proliferan
indignación no designa
impotencia es poco
decir sangre apesta a lugar común
justicia es tan sólo el recuerdo
de un anhelo
dice más el silencio
alrededor de mil. doscientos. minutos. de silencio
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