Desde el 1 DE SEPTIEMBRE DE 2012 hemos venido celebrando en numerosos pueblos y ciudades del planeta, las lecturas solidarias "ESCRITORES POR CIUDAD JUÁREZ".

Estas lecturas están convocadas en solidaridad con Ciudad Juárez, en representación de todo el pueblo de México y por extensión de cualquier otro rincón del planeta donde el miedo, consecuencia última de la violencia, es utilizado para imponer la voluntad y los intereses de los grupos de poder sobre los derechos y la dignidad de los pueblos y los ciudadanos.

En nombre del colectivo Escritores por Ciudad Juárez continuamos con esta llamada a la solidaridad y la movilización. Quienes lo deseen pueden remitirnos sus poemas o textos, alusivos al conflicto que padece Ciudad Juárez, que serán colgados en este blog y posteriormente utilizados en cuantos proyectos y publicaciones decidan los organizadores de las lecturas solidarias. Las colaboraciones serán colgadas como entradas, con el nombre del autor o autora, junto al nombre de la ciudad de donde nos escriben. Y cada nueva colaboración del mismo autor o autora será añadida a la primera de sus colaboraciones.

Dirección de contacto: poemasporciudadjuarez@hotmail.es

jueves, 3 de octubre de 2013

ELIA CASILLAS, Navojoa, Sonora, México

Ni una más”

¡Ni una más! Te lo pedimos Señor. ¡Ni una más!
Esta muerta no es mi hija, pero yo la parí,
Susana Chávez
bautizada en la pileta de miserias del Río Bravo,
las bestias degollaron la alegría de los cordeles
y de sus labios morenos sólo quedó la estela
por donde obraba la voz indomable
y el polvillo brioso de la palabra
cayó en el tango impenetrable de su sombra.
Por las mujeres asesinadas. ¡Ni una más!
Te suplicamos, Señor. ¡Ni una más!
Esta mártir es del infinito que nos anima
y yo la traje a la tierra del cinismo
era poeta,
tejía en los subsuelos de los abecedarios,
y en el silencio de la luna se bañaba.
Por las mujeres abusadas. ¡Ni una más!
Te suplicamos, Señor. ¡Ni una más!
Milagrera rebelde te durmieron
fragmentada en tu rugido áureo,
ojos dulces
para perfumar el dolor de la poesía,
y el puño herido de tu patria.
Por las mujeres maltratadas. ¡Ni una más!
Te suplicamos, Señor. ¡Ni una más!
Cuando el mal se fue invicto a las callejuelas
un cuchillo apagó el sol
y la pasión de tus zapatillas,
y se alzó el infierno con su barbarie
en tu barro señalado.
Por las mujeres silenciadas. ¡Ni una más!
¡Señor, Ni una más!
Llegaron los Reyes Magos con tu regalo
y descansabas mortalmente en un secreto,
oculta, con un pulso menos
y una vida menos en la sangre
caíste
y no has vuelto al lugar del crimen.
Qué tus sicarios nunca hallen calma. ¡Ni una más!
¡Ni una más! Te rogamos, Señor. ¡Ni una más!
Una Susana en la candela de la calle
un espíritu para las flores del cuerpo,
un poema para la mezquindad
que se alza con su puñal
y su ojo frío.
Te rogamos, Señor. ¡Ni una más!
Hace tiempo dejo mis lágrimas,
hablo, y le cuento que este país era de ella,
y esas fieras son un polvo mágico
en la lluvia, en la ilusión, en la primavera chiquita
de las escuelas.
Padre que sus verdugos ardan,
por los siglos de los siglos. ¡Ni una más!
Te suplicamos, Señor ¡Ni una más!
Tengo años llorando estas almas,
osamentas que no son mías
y me pertenecen,
huesos que me persiguen
y no veo el final,
pirámide de esqueletos
gente desfallecida por el luto
se revela con pasos fúnebres,
con el valor en un hilo de esperanza
la cara rota por el pesar,
y el miedo,
emperrados en la misma suerte
de la tumba que los oprime.
Señor, da consuelo a estos padres
y a su gota de tierra,
pero con los culpables no tengas misericordia.
¡Ni una más! Te lo imploramos, Señor.
¡Ni una más!
Cruz rosa multiplicada,
tu corazón en círculo de luz
encendido entre los escombros,
persiguiéndote con su cadáver
en tu fuga inmortal.
¡Señor, Ni una más! “Ni una más”.
¡Padre, Ni una más!
¡Dios mío, Ni una más!
Pueblo. ¡Ni una más!
Nación de Naciones. ¡Ni una Más!
Te lo imploramos, Señor. ¡Ni una más!
¡Ni una más!

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