EL GALLO COLORADO
Bajo el matorral, con sus gallinas
canta y escarba el gallo colorado.
Él ignora
el pum, pum del fusil
el tra ta tá de la metralla
la brutalidad del poder.
Desconoce el mohoso resplandor del oro.
Una tarde, a eso de las seis,
bajaron del palo de su cama
al gallo colorado.
Camino abajo va,
entre las ollas de cuerpo ennegrecido,
entre machetes viejos,
trapos sin planchar
y los muchachos.
Todo en silencio
con premura.
El pueblo está lejos,
la muerte se enrosca entre la hierba.
Al amanecer, tal vez
parte la chiva
por el fangal de siempre
en pos de una ciudad ignota.
Todo es un mundo nuevo para Luz
con sus caucanos ojos
y su piel tostada.
Sobre el regazo de la pequeña,
en pañal de costal
jadea el gallo colorado.
Con un canto reprimido ve al pasar,
el gallinero de una granja.
¡ Qué crueldad !
tantas gallinas solas,
encarceladas
y yo sin poder ejercer su libertad.
¿ DÓNDE TE ESCONDES ?
¿Dónde te escondes?
Te busco
multitudinario.
Miro pasar cuervos
y otras aves de rapiña
mientras tú te extravías.
Te izo velas
te ofrendo velas,
te espero.
Y al final,
huérfano de ti
estoy obligado a no pacificarme.
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