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domingo, 12 de agosto de 2012

JOSÉ MARÍA MUÑÓZ QUIRÓS, Avila, Castilla-León

PENUMBRA DE LA PALOMA

Tengo la inmensa sed
de un deshielo de nácar,
la fecunda intimidad del desvalido
cuando viaja por la música
y no sabe sentir su melodía,
errático por los territorios
que acobardan las fieras.
Tienes la inmensa brevedad
de los ojos de la serpiente,
la rara cualidad de las alimañas
cuando atrapan con sus garras la carne
apegada a sus víctimas.Lasensata
pluralidad de la inocentelluvia
que baña los sembrados y no evita
mojar al desauciado.Muchas veces
tienes el dolor acariciador de los buitres
cuando sobrevuelan la caroña,
el desafío de los tigres que se saben
dominadores de la jungla.Tienes
el triste final de una voz derrocada
al elevar su tono sin cautela,
y entonces,cuando ha sidosuficiente,
te caes en los derrumbes de la noche,
atesoras las cumbres del delirio,
vas por los sueños siendosueño y cesas
en las alturas de la dominación del águila.
Tengo la plural inocencia del trueno
cuando en su voz se escucha la palabra
caída de la nube.El árbol
que ha partido una chispadesnuda
cuando parecía que el sol se desbravaba.
Tengo la serena caricia del misterio
cuando la tempestad se detiene indeleble
y moja las palabras con un sorbo de fuego.
La penumbra me acerca con sus labios
un enigma de luz que intimida mis pasos.
He cesado en las dulces páginas del silencio
callado como un signo prematuro en la muerte.

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